Muchas de vosotras ya sabréis, que la lactancia no siempre es un camino de rosas, y que son varias y diversas las complicaciones que podemos encontrarnos. Hoy vamos a hablar de la gran complicación por excelencia, el absceso por mastitis.
¿Qué es una mastitis?
Las mastitis resultan generalmente de conductos galactóforos que se han obstruido, y donde el crecimiento bacteriano ha proliferado, causando la infección.
Llegados a este punto se precisa tratamiento, que el bebé siga mamando, frío local, antiinflamatorios y/o antipiréticos, y el ginecólogo deberá valorar la prescripción de antibióticos.
Hay dos grandes tipos de mastitis, la mastitis aguda y la subaguda o subclínica.
¿Qué es un absceso?
Dentro de un proceso de mastitis, podemos encontrar que, como mecanismo de defensa, el tejido mamario “encapsule” la infección, lo que nos lleva a un absceso.
La mayoría de abscesos, provienen de mastitis en las que el tratamiento ha llegado tarde o han sido mal tratadas. Entre los síntomas que podemos encontrar, tenemos:
- Bulto de días de evolución, duro y localizado.
- No suele doler.
- Se mueve al tocarlo.
- Tras unos días de evolución se puede ver a simple vista.
- La piel está roja y muy brillante.
¿Cómo se trata?
Si ya se ha llegado al punto, de tener un absceso como tal, el objetivo es sacar la colección de pus de su interior. Hay dos formas de hacerlo:
- Punción, a través de una ecografía guiada.
- Incisión en el lugar de la infección, para drenarlo.
Sea cual sea, la forma en la que nos lo han hecho, es importante que, tras el proceso, sigamos amamantando al bebé, si la incisión ha sido muy cerca de la areola y nos produce dolor, o el bebé no consigue engancharse, podemos probar la extracción manual de leche. Además, el médico nos pautará cuanto tiempo debemos tomar antibiótico, si nos recomienda seguir con probióticos específicos para lactancia unas semanas más, y cuando debemos hacer las curas y revisiones.
Si deseas finalizar la lactancia, se recomienda mantener la succión del bebé hasta que el proceso está resuelto, para evitar más obstrucciones y mastitis en ese momento. Una vez resuelto, podrás finalizar la lactancia si así lo deseas.
Si tienes estos síntomas, no lo dudes y acude a tu matrona o ginecólogo para que lo valoren y poder iniciar cuanto antes el tratamiento.
Marta Espartosa
Enfermera pediátrica