Después de pasarnos el embarazo escuchando un sinfín de consejos, algunos contradictorios entre sí, sobre cómo debe ser nuestra alimentación, nace nuestro bebé y seguimos teniendo muchas dudas al respecto. En este tema hay que hacer una distinción sustancial. Nos referimos a la diferencia que existe si el bebé se alimenta a base de leche materna o con biberón. En el segundo caso, podemos volver poco a poco a nuestra alimentación habitual. Por supuesto, cuanto más sana sea, más energía tendremos para recuperarnos y para afrontar el reto de cuidar un bebé. Pero, ¿cómo debe ser la alimentación durante la lactancia? A lo largo de este artículo intentaremos encontrar la respuesta.
Alimentación durante la lactancia: nuevas necesidades
Una vez que hemos dado a luz, nuestra necesidad de calorías aumenta de forma ostensible si damos el pecho. Es necesario 500 calorías extras para afrontar de manera adecuada tanto la recuperación después del embarazo y el parto, como la producción de leche.
Por supuesto, esto no quiere decir que esas calorías puedan provenir de cualquier alimento. Ni tampoco que empecemos a comer más de forma descontrolada, el resultado puede ser nefasto en todo los sentidos.
Lo que significa es que es necesario llevar un control de nuestra dieta que nos permita ingerir los nutrientes necesarios, para que tanto nosotras como nuestro hijo estemos bien alimentados.
En este momento no debemos pensar tampoco en adelgazar, en recuperar el peso anterior al embarazo. De hecho, si nos alimentamos de la manera adecuada, la lactancia materna nos ayudará a perder el peso que hemos ganado a lo largo de la gestación.
Los médicos recomienda que se consuman 2 gramos de proteínas al día por cada kilo de peso, mientras que si no se da el pecho la cantidad debería ser de 1 gramo. Los hidratos de carbono y las grasas deberían ser las misma que sin dar el pecho.
Lo minerales que más se necesitan son el calcio y el fósforo, y además hay un aumento general del consumo de vitaminas. Es por esto que en muchos casos los médicos recomiendan tomar un suplemento vitamínico.
Alimentación durante la lactancia: claves
Repasemos ahora de forma esquemática cómo debe ser nuestra alimentación:
- Agua. Debemos aumentar nuestra ingesta de agua, para cubrir las necesidades de la producción de leche.
- Lácteos. Consumir al menos medio litro de lácteos al día, bajos en grasa.
- Carnes. Lo ideal es que sean magras. No abusar de los embutidos.
- Pescados. Tomar unas 4 raciones semanales, y si puede ser una al día, mejor.
- Huevos. Unos 3 a la semana, ya que tienen proteínas de alta calidad.
- Cereales. Mejor integrales y a diario,
- Legumbres. Un par de veces a la semana.
- Fruta y verdura. Al menos 5 raciones diarias. La fruta es la mejor opción para picar entre horas.
- Azúcares. Consumo puntual, son calorías sin nutrientes, mejor evitarlas
Ahora ya tenemos claro lo importante que resulta una buena alimentación durante la lactancia materna. Pongamos en práctica lo que hemos visto y confiemos siempre en los consejos de nuestro médico.
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