Es muy probable que si estás dando el pecho o estás embarazada y te empiezas a informar sobre la lactancia materna oigas hablar de “frenillos cortos” o “anquiloglosia”, como algo que se valora y se mira en los bebés si se observan dificultades al mamar. ¿Sabes de que están hablando? Sigue leyendo, que te lo cuento.
¿De qué están hablando?
Para entenderlo, te diré que anquiloglosia, significa “lengua atada”, y así es muy probable que ya te vayas haciendo a la idea. Cuando el frenillo lingual es limitante, la lengua queda atada al suelo de la boca, evitando que se puedan realizar los movimientos de la lengua óptimos para la succión.
¿Existen diferentes tipos?
Sí, hay diferentes grados, dependiendo de la limitación existente. Se diferencian 4 tipos.
¿Qué supone la anquiloglosia en la lactancia materna?
Como hemos hablado, la anquiloglosia, hará que la lengua, no pueda realizar el movimiento necesario para una succión efectiva y una buena transferencia de la leche materna.
El bebé, para compensar esta falta de movimientos, realizará más fuerza con la lengua y creará más vacío, este movimiento con más fricción, provocará dolor y aparición de grietas en la madre. Como os podéis imaginar, mientras no solucionemos el problema, no mejoraremos la succión. Además, tenemos más riesgo de que surjan otras complicaciones, como:
- Obstrucción de conductos
- Infecciones bacterianas
A veces, la succión del bebé con anquiloglosia, no es dolorosa para la madre, pero la succión no es efectiva. Con frecuencia, encontramos tomas muy largas, el bebé no se suelta del pecho, y cuando se suelta, suele estar irritable. En estos casos en frecuente, que uno de los síntomas sea que la ganancia ponderal es escasa.
¿Puede ocasionar otros trastornos?
Sí, fuera de la lactancia materna, podemos encontrar también repercusiones de la anquiloglosia, tanto para el momento presente de ese como para su futuro.
- Respiran por la boca (tienen reducido el tamaño de las coanas nasales, lo que les invita a respirar más por la boca)
- Más propensos a bronquitis, neumonías y otitis (complicaciones derivadas del punto anterior)
- Maloclusión dental
- Problemas de pronunciación.
Como ves, la movilidad de la lengua, puede afectar en diversas áreas. Por eso, aunque encontremos un bebé con anquiloglosia, que ha logrado compensar (entre él y el pecho de su madre) y consigue una buena succión con transferencia efectiva de la leche, se debe valorar.
Pero esto, ¿es una moda?
Creo que después de todo lo que te he contado, habrás visto que este aspecto tiene bastante importancia, por todas las repercusiones que puede tener.
Si bien, es cierto, que hace unas décadas nadie hablaba de frenillos, de anquiloglosia… Tenemos que tener en cuenta, que somos descendientes, de una generación, en la que se perdió la cultura de la lactancia materna, que cuando había un problema y el niño no se agarraba, a nuestras madres nadie les ayudaba, nadie les daba la información, les ofrecían un biberón.
En los últimos años, cada vez más y más madres, optan por iniciar la lactancia materna. Además, afortunadamente cada vez existe más apoyo, en grupos de lactancia o crianza, en la formación y actualización de los profesionales, en asesoras de lactancia… que permiten ayudar a las madres y detectar este tipo de problemas. Así que simplemente, hay “más frenillos” porque se miran más.
Marta Espartosa
Enfermera pediátrica