¿Qué se puede esperar de un recién nacido?, ¿cómo hacer lo mejor para mi bebé?, ¿siempre lloran por hambre?, ¿cómo se puede saber si lloran por hambre o porque quieren que se le coja en brazos?, etc. Seguro que éstas y otras muchas dudas parecidas te han asaltado en algún momento.
Lo mejor para los dos, la madre y el bebé
Lo que es bueno para ti, ¿por qué no va a serlo para tu bebé? A la mayoría de las personas les gusta abrazar y ser abrazados; abrazamos a la persona amada o porque hacemos una demostración de afecto o apoyo a alguien que está sufriendo. Sin embargo, ¿cuántas veces has oído que hay que dejar llorar a los bebés y que no los cojas en brazos porque se acostumbran? Estas recomendaciones no son nuevas y se siguen repitiendo a los padres y madres como si se tratara de la quintaesencia del cuidado de los bebés.
Un Poco de Historia
En 1894, un pediatra estadounidense, Luther Emmet Holt, escribió un libro sobre cuidado infantil The Care and Feeding of Children a Catechism for the Use of Mothers and Children´s Nurses, en el cual se daban pautas para criar “científicamente” a los bebés, es decir todo medido y pesado, como si de una fórmula magistral se tratara . Según este manual, los bebés no debían ser cogidos en brazos nada más que para ser alimentados (de acuerdo al horario establecido) y para ser aseados. Fuera de estas situaciones, los bebés habían de permanecer en su cuna y, si lloraban, hacer caso omiso de sus requerimientos porque sus necesidades habían sido ya satisfechas… ¿ves alguna coincidencia con informaciones actuales?
Una Forma de Expresarse
Los bebés no pueden decirnos cómo se sienten o qué necesitan, lo único que pueden hacer es comunicarlo a través del llanto; cuanto antes se atienda esa necesidad, tu bebé estará más feliz y, también el resto de la familia. Aún así, se dice todavía que dejarlos llorar es bueno “para los pulmones”.
Deja que añada un breve inciso: la capacidad pulmonar NO aumenta con el llanto; el bebé respira perfectamente ya que sus pulmones están preparados para ello desde el momento del nacimiento. Si se deja llorar a un bebé de forma continua, lo que sí aumentará es su estrés y también el de sus padres. Una situación estresante prolongada en el tiempo conlleva un aumento de los niveles de cortisol. Cuando éstos se mantienen elevados de forma continuada afectan al sistema inmunológico, con las repercusiones que eso implica en la salud de un adulto (en un bebé, las consecuencias pueden ser mucho más serias).
Conclusión
En definitiva, los bebés lloran, la mayoría se despiertan varias veces durante la noche durante muchos meses, los bebés no tienen horarios, piden pecho cuando tienen hambre o necesidad de consuelo, hay que cambiarlos de pañales innumerables veces, cuando estás a punto de salir una regurgitación sorpresa, hace que tengas que dar la vuelta y cambiarlo nuevamente de ropa; así son los bebés. No es que no lo hagas/hagáis bien, simplemente es así.
“Buena parte de la fuerza de la maternidad… no deriva tanto del hecho de amar a otro desinteresadamente… sino de la oportunidad que nos brinda de conocernos y amarnos a nosotros mismos mientras experimentamos una transformación… Los hombres también tienen acceso a esa oportunidad, porque la transformación es el concepto menos excluyente que existe.” (Gordon Churchwell, Expecting: One Man´s Uncesored Memoir of Pregnancy).