Acabas de tener a tu esperado bebé, el parto ha ido como esperabas, pero… aún no has salido del hospital y ya tienes un dolor insoportable en los pezones cada vez que tu bebé mama. Además del malestar empiezas a pensar “¿qué es lo que estoy haciendo mal?”. Con toda seguridad, nada. Amamantar es como bailar y es cosa de dos; a veces hay bebés que necesitan un poco de «dirección» para colocarse eficientemente al pecho. No obstante, sentir dolor en el pecho o pezones no es normal y cuando una mamá manifiesta esa es la primera señal de alerta que requiere atención inmediata.
La primera toma
Cuando un bebé nace sano y a término está preparado para hacer su primera toma nada más nacer; no es algo instantáneo hay que dejarles que encuentren el pecho por sí mismos y esto puede llevar desde unos pocos minutos hasta más de una hora. Simplemente es así. Suzanne Colson (más información aquí) ha estudiado los reflejos innatos que llevan al bebé el pecho de su madre tras el nacimiento y agarrarse de forma adecuada.
El dolor persistente de pezones debido a un agarre incorrecto es la principal causa por la que las madres dejan de amamantar y, paradójicamente, es fácil de solucionar. En la mayoría de los casos es debido a un agarre deficiente, en otros puede haber causas diferentes que podrían necesitar otras intervenciones, pero igualmente, si localizamos la causa, podremos buscar la solución.
Lo primero siempre que una madre refiere dolor de pezones es observar una toma además de hacer una historia clínica de lactancia y detectar qué es lo que no está funcionando; luego, ayudar con la colocación. Cuando una madre se queja de dolor en los pezones mientras amamanta está manifestando la primera señal de alerta. Ésta es una situación para valorar meticulosamente: detectar el problema antes que se convierta en algo mucho mayor es primordial porque antes que aparezca una grieta ha habido tomas al pecho que han resultado dolorosas y ahí es donde hemos de empezar a buscar la causa.
¿Qué signos buscar cuando estamos evaluando una toma?
- Observar. Tradicionalmente se le ha dicho a la madre que el bebé ha de estar «ombligo con ombligo». No obstante, esta descripción no es muy exacta para explicar que el bebé ha de estar rotado hacia la mamá ya qué, difícilmente coinciden ambos ombligos.
- Tamaño y dirección del seno materno. Aquellas mamás con pechos más voluminosos puede que necesiten practicar posturas al pecho que les faciliten el agarre. No todas las posturas son cómodas para todas las mamás ni para todos los bebés.
- El ángulo de apertura de la boca del bebé. Un ángulo de 90◦ nos indica claramente que la apertura de la boca es insuficiente y estará amamantando superficialmente. El bebé ha de tener la boca en un ángulo de 120◦.
- ¿Se le hunden las mejillas al bebé al mamar? Eso nos da otra pista: el agarre no es profundo.
- ¿Es visible mayor cantidad de areola por arriba que por abajo? Esto sería un signo positivo.
- ¿Cuánto tiempo pasa en el pecho? Ya sabemos que no hemos de contar los minutos al pecho; cuando observamos una toma, si el bebé mama con eficacia a medida que la toma avanza hacia el final y empieza a relajarse hasta que suelta el pecho de forma espontánea, esto nos indica que la transferencia de leche materna es efectiva y la madre no debería sentir dolor. Tomas muy largas (40-45 minutos o más) bebé que parece no estar nunca satisfecho y mamá con dolor en los pezones, otra señal de alerta.
Existen varias herramientas para valorar una toma. Una clásica es la hoja de Observación de la toma, Curso de Consejería en Lactancia Materna de la OMS.
Ingurgitación Mamaria
Otra causa común de dolor en los pezones en los primeros días es la ingurgitación mamaria. Tras la subida de la leche, el pecho materno puede estar en algunos casos y, sobre todo si a la madre le han perfundido líquidos vía intravenosa, tan edematizado que al bebé le resulta difícil tomar el pezón y parte de la areola. Al estar el seno tan turgente se agarra superficialmente produciendo dolor en el pezón. Esto se soluciona en primer lugar facilitando que el bebé pueda mamar y, para ello, hay una técnica sencilla llamada Presión Inversa Suavizante (PIS) ideado por Jean Cotterman que consiste básicamente en desplazar el edema areolar hacia un plano más profundo del pecho, ablandando de esta forma la areola y permitiendo que el bebé pueda mamar. También hay que ayudar a la madre a aliviar la ingurgitación con masajes y compresas frías, con vaciado eficiente del pecho, esta situación se resuelve rápidamente.
Otras causas de dolor en los pezones pueden ser: disfunciones orales, problemas neurológicos del bebé, el uso de una copa de extractor de tamaño inadecuado al pezón de la madre, etc.: De esto también hablaremos en próximos posts.