De repente nos suenan todas las alarmas. Nuestro bebé que se quedaba satisfecho después de cada toma, dormía alguna hora entre toma y toma, y despierto estaba bastante tranquilo, ahora solo quiere comer. ¿Qué está pasando? Aunque no estaría de más consultar lo que sucede con su pediatra, lo más probable es que esté atravesando una de sus crisis de crecimiento o crisis de lactancia. Vamos a saber en qué consisten y cómo adaptarnos a ellas.
¿Cuándo ocurren las crisis de crecimiento?
Por supuesto cada niño es un mundo. Habrá bebés que pasen por todas las crisis de crecimiento, otros solo por algunas y puede que algún pequeño se libre de todas. Aunque se llaman así, no siempre es porque el bebé esté creciendo, a veces solo está madurando.
Repasemos las crisis de crecimiento más habituales:
- Los primeros días. Durante los primeros días de vida el bebé está constantemente al pecho. Más que una crisis de crecimiento, lo que está es regulando la producción. Es necesario comprobar que moja 7 u 8 pañales al día y que aumenta de peso.
- 3 semanas. Es un momento de crisis para el bebé… y para la madre. Es habitual que llore y que parezca que nunca queda satisfecho. Nos asaltan las dudas y estamos convencidas de que pasa algo. Consultemos con su pediatra para que nos tranquilice.
- 6 semanas. Gracias a sus progresos, el bebé es capaz de expresar mejor cómo se siente. Quiere más leche y hasta que no aumenta la producción se siente frustrado y lo manifiesta llorando, tirando del pecho con la boca y retorciéndose en nuestros brazos.
- 16 semanas. Es una de las más habituales y coincide con nuestra vuelta al trabajo, lo que hace que aumente la tensión. Pero aquí el bebé reacciona de forma diferente. Las tomas se acortan y se vuelven menos frecuentes, pero no es por un problema de crecimiento, ya que este se ralentiza en este período. Simplemente nuestro bebé se ha hecho todo un experto y se desespera cuando no obtiene lo que espera. Ahora la leche se fabrica al momento y hasta que sube pasan unos pocos minutos que le enfadan. Tendrá que acostumbrarse.
- 6 meses. Empieza a pensar menos en el pecho y más en otras cosas. También en la nueva comida que le estamos dando.
- Un año. Curiosamente aquí el bebé se vuelve más demandante. Es como volver casi a empezar. Muchas tomas que parecen no dejarle satisfecho. Está creciendo mucho en todos los sentidos y busca alimento, y el refuerzo que le dan los brazos de su madre.
Qué hacer ante las crisis de crecimiento
Cuando lleguen las crisis pongamos en práctica estos consejos:
- Seguir con la lactancia a demanda.
- Intentar ofrecer el pecho al bebé antes de que llore, para que se ponga menos nervioso.
- Ser pacientes, son momentos que pasarán.
- En la mayoría de los casos a nuestro bebé no le pasa nada, pero a veces puede tener cólicos, gases o cualquier otra cosa. Así que consultemos siempre al pediatra.
- Tratar de estar más tiempo con el pequeño si es posible. Hará que esté más tranquilo.
Sigamos estos consejos para superar las crisis de crecimiento.