Si vas a tener un bebé o acabas de tenerlo, puede que te encuentres en un mar de dudas o inseguridades, no eres la única, y es normal, sigue leyendo, porque esto te interesa.
En nuestra sociedad actual, a veces podemos ver idealizado el momento de tener un bebé, incluso en muchas ocasiones las madres recientes, han tenido escaso contacto con otras madres, con la crianza, con la lactancia, porque se ha perdido el sentido de criar en tribu.
El inicio de la maternidad/paternidad, y los primeros cuidados del bebé, es un momento muy delicado, porque conlleva una madre recién estrenada y en pleno post parto, y un bebé recién nacido, al que no le encontramos el manual de instrucciones. Nos vamos a centrar en el sueño y la alimentación, que son dos de los aspectos que más quebraderos de cabeza suelen traer.
En estas primeras semanas de vida, el recién nacido no distingue entre el día y la noche, ya que dentro del útero tampoco tenía que hacerlo. Y aunque poco a poco su ritmo circadiano se irá estableciendo, de momento vamos a encontrarnos con ritmos algo caóticos, que no se ajustan a los horarios de la familia, y podemos encontrarnos periodos de sueño más largo y profundo por el día y despertares más frecuentes por la noche. Saber que entra dentro de la normalidad, os ayudará a sobre llevarlo, y a intentar llevar a cabo ese consejo que seguro os han dado… “descansa cuando el bebé duerma, sea la hora que sea”, así podemos ir guardando fuerzas.
Las horas aproximadas que permanecerá dormido serán entre 16-18 horas a lo largo del día, intercaladas con despertares de corta duración básicamente para comer. Poco a poco estos despertares de irán alargando y el pequeño interactuará más. En este primer momento, su visión le permite enfocar a una distancia de unos 20-25 cm, es decir la distancia similar a cuando le damos el pecho o le alimentamos apoyado en nuestro brazo, no parece casualidad, ¿verdad? ¡qué maquina tan perfecta es el cuerpo humano! .
Con las tomas de lactancia (ya sea materna o artificial) pasará algo similar, y es probable que en un principio reine el caos, y no sepas muy bien cuando ha acabado una toma y cuando ha empezado otra. El estómago de un recién nacido de tres días de vida puede tener una capacidad aproximada de 25ml, imaginaros que rápido que se llena y lo pronto que se hace la digestión y está listo para recibir más alimento. Esto va cambiando cada día, y al mes ya tiene una capacidad aproximada de 80-150ml dependiendo del niño, lo que permite que poco a poco las tomas se vayan organizando.
Y así, día a día la simbiosis madre-hijo se va desarrollando. Para que estos primeros cuidados vayan fluyendo de manera más natural, hace falta ayuda. No dudéis en pedir ayuda a vuestros allegados, no penséis que sois peores padres por no llegar a todo, la crianza de un recién nacido requiere mucho esfuerzo, y unos tuppers que lleguen a tiempo, o un repaso a las tareas del hogar, serán más que bienvenidos para que vosotros os podáis dedicar a cuidar de vuestro pequeño.
Marta Espartosa
Enfermera Pediátrica.
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