Uno de los motivos más frecuentes de consulta al pediatra o en urgencias, es la fiebre. Y es que, ver que el termómetro marca una temperatura alta, cuando se la tomáis a nuestros peques, os produce miedo.
La fiebre, no es una enfermedad, es un síntoma muy común en las infecciones infantiles, ya sean causadas por virus o bacterias. El cuerpo eleva la temperatura, para poder luchar contra esos agentes que están provocando la infección, esto te puede hacer cambiar la visión, y ver la fiebre como un mecanismo de defensa del cuerpo, y no como una amenaza.
Te voy a contar, que tienes que saber de la fiebre, y cuando debes acudir al pediatra y/o a urgencias. Para ello vamos a empezar hablando, de cómo controlas la fiebre. Depende del termómetro que usamos y de donde lo usamos, debemos tomar unos valores de referencia u otros. Los termómetros más fiables son los digitales o los de galistán, con los que lo más común es tomar la temperatura a nivel axilar (entre 34,7 y 37,3 °C sería considerado una temperatura normal), también podríamos obtener la temperatura rectal (en menores de 5 años) o bucal (en mayores de 5 años), los valores de referencia en estos casos, son ligeramente más elevados que a nivel axilar (sería de 36,5 a 38 °C a nivel rectal y de 35,5 a 37,5 °C a nivel bucal). En los últimos años, han proliferado en el mercado termómetros de infrarrojos que permiten tomar la temperatura en oído o en la frente a nivel temporal, pero siento decirte, que, aunque resultan muy cómodos, son menos fiables que los anteriores.
Ahora que ya sabes cómo obtener una buena medición, vamos a ver qué podemos hacer si tu peque tiene fiebre. Si el niño/a tiene fiebre, pero está tranquilo, jugando y animado, no es preciso que hagas nada, si la fiebre es muy elevada y/o el niño/a se encuentra mal, es momento de administrar un antitérmico. Te diré, que hay muchas recomendaciones obsoletas, que sigo escuchando:
- No pongas paños, ni bañes al niño, no nos interesa que la temperatura disminuya de forma brusca, además no es nada agradable para el niño.
- No lo abrigues en exceso o lo desnudes del todo cuando tiene fiebre. Intenta simplemente mantener el confort del niño.
- Las friegas con alcohol están desaconsejadas (afortunadamente, esto lo oigo menos).
- No alternes antitérmicos (paracetamol e ibuprofeno).
Cómo ya hemos visto, la fiebre, por si sola, no es mala, pero existen varias situaciones en las que precisa ser valorada por el pediatra:
- En menores de 3 meses, la temperatura mayor de 38°C, siempre tiene que ser valorada.
- Si tiene entre 3-6 meses y supera los 39°C, o con 40°C a cualquier edad.
- Si se acompaña de dificultad respiratoria.
- Si se acompaña de vómitos y/o diarreas persistentes.
- Si aparecen manchas en la piel (las manchas pequeñas de color rojo oscuro, que no desaparecen al tensar la piel, petequias, suponen una urgencia).
- Si el niño está muy decaído, adormilado, tiene mucho dolor de cabeza o llanto inconsolable.
Si te encuentras en cualquiera de estas situaciones, o te surgen dudas respecto al manejo de la fiebre y el estado de tu peque, no dudes en contactar con tu pediatra. Aun así, espero, que la próxima vez que la fiebre llegue a vuestra casa, ya no lo veáis como una amenaza 😉 .
Marta Espartosa
Enfermera pediátrica.
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