En este artículo vamos a seguir conociendo más consejos para que nuestros primeros pasos como mamás sean menos complicados.
Los comienzos nunca son sencillos. Tampoco cuando hablamos de maternidad. En nuestro artículo anterior analizamos una serie de consejos a tener muy en cuenta a la hora de iniciar la lactancia materna. Aprendimos que era clave que durante la primera hora de vida de nuestro bebé no nos separásemos de él, como el piel con piel es esencial, o qué podemos hacer para tener una primera toma exitosa.
Iniciar la lactancia materna: el agarre
Una de las dudas a las que nos enfrentamos todas las madres es cómo hacer un agarre correcto. Debemos tener en cuenta que la boca de nuestro hijo debe cubrir prácticamente toda la areola mamaria y el pezón debe estar dentro de su boca, en la parte superior justo encima del paladar blando. Es importante que el bebé no utilice nuestro pecho a modo de chupete, es decir haciendo la succión con sus labios y no con su boca.
El llamado reflejo de succión que posee el recién nacido dará la orden al cerebro materno para que produzca la hormona prolactina, y por lo tanto, también la leche.
La teoría es fácil, pero la práctica no lo es tanto. Es necesario ser pacientes y dejar al bebé cerca de nosotras todo el tiempo para que nuestro olor y el contacto piel con piel le ayude a tener un buen agarre.
Si todo va bien, el bebé empezará a comer, sino habrá que seguir intentándolo. La ayuda del personal sanitario es muy importante en esos momentos para corregir el enganche, pero sobre todo para tranquilizarnos.
Todavía no producimos leche, solo calostro, una sustancia que le aporta a nuestro hijo todo lo que necesita en esas primeras horas.
Iniciar la lactancia materna: el primer día
Después de la primera toma lo más probable es que el bebé se quede dormido unas horas. Aunque algunos niños estarán despiertos y tranquilos, y otros llorando.
Al principio será necesario que despertemos a nuestro hijo cada dos o tres horas para que coma. Pero la lactancia no tiene horarios, es a demanda. Es necesario que estemos pendientes de cualquier indicio que nos haga pensar que tiene hambre y ofrecerle el pecho constantemente.
Limitemos las visitas, sobre todo el tiempo que permanecen en la habitación, y centrémonos en nuestro pequeño y en nuestra recuperación.
No nos desesperemos si comprobamos que nuestro bebé solo quiere comer: al principio hará entre 8 y 12 tomas al día. De esta forma consigue alimentarse y que se regule la producción de leche.
¡Nos vamos a casa!
Lo habitual es que la subida de leche se produzca entre el segundo y el tercer día de vida del pequeño por lo que coincidirá con el alta médica. Cuanto más pongamos al bebé al pecho, antes ocurrirá.
Intentemos que el bebé vacíe un pecho siempre antes de ofrecerle el otro, evitaremos una congestión o una ingurgitación mamaria.
Ahora que nos vamos a casa las dudas seguirán, pero lo que hemos aprendido esas primeras horas y buscar el apoyo de un asesor de lactancia, nos ayudará a que todo sea más fácil.