¿Cuál es la mejor alimentación para tu bebé? Seguro que no tienes dudas, quedan pocas madres que no estén plenamente convencidas de que la mejor opción es siempre dar el pecho. Sin embargo, no todas tienen el deseo de optar por esta alimentación, mientras que para otras es imposible conseguirlo. Hoy vamos a hablar de una alternativa que permite que tu hijo se alimente de tu leche, pero sin hacerlo directamente del pecho. Nos referimos a la lactancia materna diferida.
¿Qué es la lactancia materna diferida?
La lactancia materna diferida consiste en extraer tu propia leche y dársela a tu bebé en biberón. Hay que aclarar que aunque en la lactancia materna y en la diferida se utiliza la misma leche, tienen algunas diferencias. La principal es que el pecho siempre está disponible y no conlleva tener que llevar encima nada para alimentar a tu hijo.
Además, la leche sale a una temperatura perfecta de tu pecho y el bebé regula mejor la cantidad que toma, ya que para comer tiene que realizar un mayor esfuerzo. Pero a nivel nutricional, podemos decir que no existen diferencias entre una técnica y la otra.
Antes de seguir adelante tenemos que hacer un inciso, es necesario explicar que la lactancia diferida puede complementarse con leche de fórmula o incluso con el propio pecho.
Hay algunas medidas que puedes tomar para que la lactancia materna diferida sea eficaz. Por ejemplo, te recomendamos que busques una tetina blanda que imite la forma del pecho. Además, al ser tu propia leche te aconsejamos que des el biberón de manera similar a como darías el pecho a tu bebé. Coloca al pequeño cerca de tu pecho y ofrécele el biberón.
Aunque no siempre será posible, te recomendamos que des al bebé la leche fresca, reduciendo al mínimo los procesos de congelación. Es una manera de garantizar que tu hijo recibe el mayor número de nutrientes posible.
¿Cuánto se puede mantener la lactancia materna diferida?
Tenemos que aclarar que la lactancia materna diferida no es sencilla. Lo mismo que a veces puede resultar agotador estar todo el día alimentando a tu hijo con el pecho, te puede cansar aún más de estar siempre pendiente de extraer tu leche.
Además hay que ser realistas y tener claro que la succión del bebé estimula mucho más la producción de leche que una máquina. En muchos momentos tendrás que pasar horas conectada al sacaleches para conseguir tener la cantidad de leche que tu hijo necesita.
Las horas de mayor producción suelen ser las nocturnas, pero no es fácil poner un despertador y levantarte en mitad de la noche para conectarte a una máquina. Además, el desánimo puede hacer su aparición y verte tentada a dejar la lactancia diferida y pasarte a la leche de fórmula.
Aún con todo lo comentado, es posible tener éxito y mantener este tipo de alimentación para tu bebé bastantes meses. Te recomendamos que para conseguirlo cuentes con un extractor eléctrico, ya que simplifica bastante el proceso. Existen algunos modelos dobles que son una gran ayuda.
Además, intenta mantener el ánimo alto, pensando que el gran esfuerzo que estás realizando merece la pena y es por el bienestar de tu hijo, sin duda, lo más importante para ti.