Lactancia

2 Ago, 2022

Podcast 3. Lactancia

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Contamos con más de 30 podcast con información valiosa para ti. En estos podcast se tratan todos esos temas que como mujer te afectan e interesan. Hechos desde el corazón.

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Trascripción del podcast

 

Entrevistamos a dos grandes mujeres, como siempre, con empoderamiento máximo. Tenemos información para dar y tomar, y hoy nos acompaña en el estudio Esther, ella es asesora de lactancia y está detrás del perfil “La teta empoderada”. 

Al otro lado de las ondas nos acompaña Pilar Martínez, que es farmacéutica, asesora de lactancia IBCLC y está detrás de “Maternidad continua y edulacta”.

Hablaremos de un tema que creo que también es de mis favoritos, y tengo que decir (se lo comentaba antes a Esther) que va ligado a una parte que nos toca mucho a muchas madres, y es la culpa. Hoy tengo que decir que tengo a mi pequeña mala y me ha costado decidirme: “Voy a trabajar. Te dejo con papá”. Ese sentimiento horrible que sentimos muchas veces…

El programa de gran cabida que vamos a tener hoy es “La Lactancia”. ¿Que podríamos decir de la lactancia?, porque igual mucha gente se está pensando que vamos a hablar solo de lactancia mixta, lactancia artificial o lactancia materna. Ahí tenemos esas tres opciones para hablar hoy, y qué mejor que vosotras dos para contarnos que es la lactancia. ¿Qué podemos hablar de la lactancia a grosso modo para todo el que nos lea?   

Esther: La lactancia es la forma de alimentación de un bebé, que se basa solamente en tomar leche. Puede ser leche materna, leche artificial o puede ser lo que llamamos lactancia mixta, que es una mezcla de leche tanto materna como de artificial. 

 

Antes hablaba de la culpa y creo que cuando somos madres, cuando vamos a ser madres, nos ponemos unas expectativas de cómo va a ser el parto, cómo va a ser nuestra vida después, y hay veces que nos equivocamos en esas expectativas o no llegamos a conseguir lo que pensábamos que iba a ser. No sé Pilar, tú que también acompañas a muchas mamás, ¿como ves ese tema de la lactancia de una u otra? 

Pilar: El tema de la culpa (yo creo que más que la lactancia) es inherente a la maternidad; Te lo tengo que decir porque da un poco igual lo que hagas, porque te vas a sentir culpable siempre y te vas a sentir juzgada, y vas a sentir que no haces lo suficiente; siempre pensamos que podríamos haber hecho más si falla cualquier cosa. Si tu hija se pone enferma como hoy, “seguro fue culpa mía porque la dejé bañarse en la piscina”. 

Yo creo que parte del trabajo, tanto de las asesoras de maternidad como de lactancia, es hablar con las madres, dejarlas que ellas se expresen y que suelten la culpa, porque en serio, no es culpa de nadie. Los niños se ponen enfermos, a veces las cosas no salen, nunca sabes cómo va a ser tu parto, ni tu lactancia, ni tu hijo, ni tu como madre y ya está. Hay que ser flexible y fluir un poco. 

Me encanta esa palabra, la de fluir.

Dejarte fluir, al final lo que tenga que ser va a ser, te pongas como te pongas, estate informada, estate empoderada que es muy importante, la información es poder, si te informas probablemente las decisiones serán mucho mejores. 

P: Claro. Cuando una persona está informada no es que actúe porque se lo ha dicho la vecina del quinto o porque la están presionando para que haga algo que en realidad no quiere hacer. No. Ella lo hace porque realmente lo cree. Y lo mismo me da que sea: “He decidido dar biberón porque estoy informada y esta es mi decisión”, no tienes porqué sentirte culpable por eso, como: “He decidido dar pecho y mi hijo tiene cinco años y le sigo dando pecho y punto”, y ya está, porque cada madre tiene que tomar sus decisiones. No nos olvidemos que las madres son mujeres adultas (a veces se nos olvida esto), ella es la que tiene que tomar sus decisiones en todo. 

Luego de esto, me viene la famosa pregunta que yo creo que muchas nos hacemos, al final quiero lo mejor para mi bebé y en temas de lactancia, ¿qué es lo mejor? 

E: Realmente, lo que la madre decida. No hay una mejor opción universal para todas las madres, para todos los bebés, para todas las lactancias. Al final se trata de ser felices, de disfrutar el camino, de disfrutar de la maternidad, sea con una lactancia artificial o sea con una lactancia materna o con una lactancia mixta. No hay una opción mejor. Obviamente, en cuanto a calidad nutricional, la lactancia materna aporta una serie de beneficios que no va a aportar la lactancia artificial, lo cual no quita que si una madre decide dar lactancia artificial no la va a convertir ni muchísimo menos en una mala madre o en una madre que no se preocupa por la alimentación de su hijo, para nada, todo lo contrario. Al final es una diada, son mamá y bebé y la decisión siempre es en base a esa diada. No existe la verdad universal. 

Hay una pregunta que a mí me reconcome (yo también estoy con muchas mamás y las escucho), y que me vienen una vez cuando han dado luz y es, ¿se deben plantear si quieren dar el pecho antes de dar a luz?

P: Creo que lo ideal es informarse antes. Aunque también tengo que decirte que pasa a veces, que cuando estamos embarazadas se nos olvida un poco el después, estamos muy enfocadas en el embarazo y en el parto. Al día siguiente del parto la vida sigue y eso a veces se nos olvida. Lo ideal es que desde el embarazo la madre se empiece a informar si quiere dar el pecho, que lea libros, busque información, si puede acudir a un grupo de apoyo es maravilloso, porque eso es lo que hace un poco que no nos parezca algo raro. 

Las tasas de lactancia van mal con las recomendaciones que tendrían que ir en cuanto a la Organización Mundial de la Salud… 

Perdóname, no van mal, van fatal.

P: Van muy mal y eso que en España no estamos tan mal como en otros sitios, porque yo, por ejemplo, me relaciono con muchas madres de México, Ecuador…, allá están muchísimo peor que nosotras. Lo ideal es cuanto antes empieces a informarte, a ver otras madres y a escuchar qué pasa, pues mejor para ti.

Tengo que decir, que hace poco hablaba con una mamá que es psicóloga y está en tema de extranjería. A ella le tocó hablar con una chica que era de Mongolia y me decía que le tuvieron que poner un video para que supiese por dónde iba a salir el bebé. Me chocó tanto que dije: “¡¿Cómo?!”. No sabía ni por donde iba a salir ese bebé…

P: El parto al final sí que tiene mucho de instintivo. En el momento del parto, cuando a esta chica le hubieran llegado las contracciones, lo habría hecho, porque el parto sí que no hay posibilidad de decirte que no salga. Pero la lactancia no es instintiva para las madres; para los bebés sí. Si dejas a un bebé recién nacido (salido justito del vientre de su madre) encima del vientre, el niño es incluso capaz de reptar hasta el pecho, engancharse y mamar. Pero la madre sin embargo no sabe, a no ser que lo haya visto en otras madres o que se lo hayan explicado. Entonces, por eso si es tan importante lo que digo, de acudir a grupos de apoyo y ver a otras madres, ver como colocan a los niños…, no lo hemos visto, no lo vemos en la sociedad como maman los niños, entonces, no sabemos hacerlo.

A mí me han dicho muchas veces que para criar a un bebé se necesita toda una tribu, no es una cuestión de tu lo crías y ya está, sino que necesitas siempre algo alrededor que te esté dando más pistas, que te esté enseñando cómo. Y yo creo que uno de los hándicaps que tenemos a día de hoy con la lactancia materna es que no se ve. 

E: Exactamente. Esa tribu falta por completo. Somos seres sociales, aprendemos viendo, aprendemos mirando. Puedes leer quinientos libros de lactancia, pero al final como mejor vas a aprender es viendo a una madre dar pecho. ¿Qué pasa?, que hoy en día (por fortuna o por desgracia) la sociedad es totalmente diferente, vemos a muchas más madres dando biberón a un bebé que dando el pecho. Entonces, no hemos aprendido cómo dar pecho y ahí tenemos el gran hándicap.

No sé si pensáis como yo, que al final hay más artilugios para dejar el bebé aparte, y eso que estamos haciendo pie al piel con piel, cercanía y demás, pero hay muchos artilugios. Vas a cualquier tienda y hay muchos artilugios para dejar al bebé, para que esté tranquilo, para este sitio, para que esté aquí atado, para darle esto, para darle lo otro…, y no hay información de lo otro, no hay productos de lo otro. Claro, es que no necesitamos nada para la lactancia.

P: No. Porque la lactancia es gratis, disponible y preparada, y la leche está ahí. Sin embargo, lo otro es un poco una obligación que sienten algunas madres por parte de la sociedad, de recuperar su vida de antes, volver a lo de antes, que no se te note que has parido, ponte una faja rápido, pierde peso, el bebé con cualquiera menos con la madre, porque si no está muy enmadrado, hamacas, cunas, cámaras para verlo en la distancia, unas manos que sujetan la espalda del bebé cuando está durmiendo solo en su cuna para que el bebé se crea que es su madre…

Esa no la sabía. 

P: Son horribles. Hay una especie de manos de tamaño natural que se le pone por detrás y el bebé siente como que lo están arropando, pero no hay nadie en realidad. Todo eso se vende muchísimo. Y es eso, el mandato de que la mujer, venga rápido, recupera tu trabajo, tu vida, tu físico… 

Lo que dicen también (que me molesta un poco): “No dejes de cuidar a tu pareja”. Oye, que me cuide él a mí, porque yo he parido y estoy amamantando, estoy sacando adelante un bebé, que primero, lo he sacado adelante desde mi cuerpo y ahora fuera de mi cuerpo, así que, que me cuiden a mí. 

A mi cuando me ha tocado eso de cerca, cuando me dicen: “De momento le estoy dando lactancia materna, pero es que claro, lo tengo todo el día colgado”, y te quedas como… ¿y qué pretendes hacer?, ¿correr una maratón después de un parto? Después de dar a luz correr una maratón creo que no es viable, hay otras medidas, otras formas para intentar tener esa adaptación. Yo siempre les digo que es hacer familia, conocerse, que es ver donde tienen la necesidad. 

E: Un cambio de rol en la familia, exactamente. Adoptamos nuevos roles, los aceptamos y vivimos esta nueva realidad. De esta forma, con un bebé en casa, sin más, nos tenemos que alejar un poquito de este mundo adulto centrista, centrados en nosotros mismos, en el yo, yo, y ahora es más el bebé; pues sí, pero como yo siempre digo, hay que tener visión de futuro, tu bebé no va a ser un recién nacido toda la vida, crecerá y las cosas cambiarán. En definitiva, todo es evolución, todo va cambiando y los roles en la familia irán cambiando a cada día que tenga el bebé. 

También, hay que decir que estamos defendiendo la lactancia materna y yo creo que al final no deja de ser una defensa a la maternidad, a que las maternidades siempre que estén informadas son válidas. Y es lo que decía al principio, sentimos la culpa y no deberíamos sentirla. Yo no he dejado a mi hija perdida de la mano de Dios, está con su padre, pero esa culpa existe por algo y al final no deja de ser una culpa de la sociedad y de cómo hemos ido heredando esos roles y esas cosas. 

Sí es verdad que ahora con todo el tema de la pandemia me preocupa que muchísimas, muchísimas y muchísimas (y podría estar así mucho rato) madres se van a casa después de las 24 horas del parto, ausentes, sin saber qué está pasando ni qué ha pasado. Me preocupa porque llegan con una desinformación a casa brutal, sin que nadie les haya informado correctamente. No sé vosotras que estáis día a día asesorando mamás, ¿cómo estáis viviendo estos meses?

P: Tengo que decirte una cosa y es que a veces (igual tiro piedras contra mi propio tejado) es mejor que no le informen mucho.

¡Ostras! Es que me has pillado totalmente, iba a eso que estás diciendo…

P: A ver, lo he dicho de broma, evidentemente. Yo estoy súper contenta con cómo los profesionales sanitarios estamos dando un paso al frente (y me incluyo) para formarnos en lactancia, porque las universidades no nos forman. Lo siento muchísimo, pero es así. Nosotras desde Edulacta cada vez tenemos más profesionales sanitarios como alumnos que están ahí dando el callo. Dicho esto, todavía queda mucho trabajo por hacer, porque salen las madres de la maternidad con consejos contradictorios, a veces consejos absurdos y muy mal dados que yo me echo las manos en la cabeza y me doy cabezazos contra la pared. 

E: Recomendaciones obsoletas. 

Te creo tanto que en el siglo en el que estamos, en el momento en el que estamos, que somos mamíferos, que lo hemos hecho desde siempre y que oigas a mamás que te digan: “No. Lo despierto cada tres horas para darle la teta”. ¿Pero cada tres horas por qué? “Llora, le meto el chupete y ya está, y luego a las tres horas le doy la teta”. Vale, ¿y que te han dicho?  “Nada. Pues que cada tres horas le dé la teta”.

E: Al final nos alejamos de nuestra naturaleza. 

P: Claro. Pero, además, es que demuestra un desconocimiento tan básico de la lactancia, porque eso es lo más básico del mundo. Cuando empiezas a entender un poco como es la lactancia, tienes que saber que es a demanda, porque eso es lo que va a garantizar que tu producción de leche se adapte a las necesidades de tu hijo. Que puede ser que coma muchísimo más o que coma muchísimo menos, como los adultos, que hay algunos que comen un montón y otros que comen menos, y los niños son igual, no son robots, no pueden comer cada tres horas ni diez minutos de cada pecho, ni nada de eso. A mí me pone nerviosa también cuando me dicen: “Es que lloraba, pero no podía darle porque no había llegado a las tres horas”. O:Quería más, pero le he soltado de la teta porque llevaba más de diez minutos”. Y digo yo: “¡Madre mía! Pobre madre y pobre bebé”. 

Yo me acuerdo (ahora no recuerdo quien fue), pero hace años que decían que al final los niños, los bebés tenían unos controles de alimentación peores que los diabéticos, ósea, que les decíamos que tenían que comer en cada momento, como lo tenían que comer, y dices: “Pero a ver, que no está enfermo”, estamos hablando de una alimentación saludable, no estamos hablando ya de alimentación basura ni muchísimo menos, pero es como si a un diabético no le tienes que decir los gramos de carne que tiene que comer. ¿Cómo se lo vas a decir a un bebé, a un niño?, es un poco contradictorio y te lo está diciendo un personal sanitario que yo creo que ahí es donde está el grosso, que tú, perdida, con unas hormonas que fluctúan y que de repente lloras como gritas, ríes o bailas, y de repente te dicen: “Lo estás haciendo mal”, y te quedas como… “Me ha dicho cada tres horas”. Ya, pero está llorando porque igual tiene hambre… “Pero me ha dicho cada tres horas” (a raja tabla), y ahí está donde el hacer familia, el conoceros, el que puede tener hambre, como puede tener sueño o como puede querer a la mamá, como puede estar cagado, básicamente. 

P: Qué es que la lactancia no es solo alimento. Además, esto es súper importante decirlo, cuando me has preguntado antes: ¿Qué es la lactancia?, hombre sí, es la nutrición del bebé sobre todo en los primero seis meses que solo come eso, no puede comer nada más. Pero la lactancia no es solo alimento, también son muchas otras cosas, hay nutrición emocional en la lactancia. 

E: Exactamente. La lactancia materna va mucho más allá que comer.

P: Claro. Los bebés se calman succionando, se calman estando cerca de mamá y para ellos la teta es eso también, no solo nutrientes. 

¿Y esa creencia de “dar el pecho duele”? Porque yo he oído a muchas: “No, no, yo sé que al principio duele”. No sé, ¿qué pensáis vosotras? Yo tengo mi opinión. 

E: Dar el pecho duele cuando no lo haces bien. El dolor al fin y al cabo es algo que nos pone en alerta y que nos ayuda a saber que algo no funciona; por eso precisamente duele. Cuando no lo hacemos bien, cuando el bebé no tiene un buen agarre, no tiene una buena postura, eso nos pone en alerta. Y lo que debería hacernos es ayudarnos a modificar eso, para que ese agarre sea correcto, para que esa posición sea correcta y, en definitiva, para que la trasmisión de la leche sea la correcta y el bebé se alimente adecuadamente. Existe la falsa creencia de que hay que hacer “callo”.

¿Hay que hacer callo en el pezón? 

E: No. Para nada.

P: Cuando alguien me dice eso siempre les digo: “¿Pero de verdad tú crees que la naturaleza va a ser así de cruel?”, porque ojo, es lo único que puede tomar un bebé al menos durante sus primeros seis meses de vida. La humanidad ha sobrevivido miles y miles de años gracias a la lactancia, “¿en serio tú crees que es así, que tiene esa mala leche?”, “vas a estar sufriendo querida madre al menos entre ocho y doce veces todos los días llorando porque tu hijo necesita vivir…”. No. No. 

E: No hubiéramos sobrevivido como especie directamente. 

Exacto. Está claro.

La verdad es que es un poco frustrante cuando recibes esas cosas, sobre todo de gente que te quiere, que supuestamente te está demostrando que te quiere, que lo estás pasando mal y que no sabe. Nadie sabe cómo te puede guiar, de tu entorno familiar, te han dejado sola en casa después de haber dado a luz y ahí es cuando entra el momento de: “Vale. Se acabó. Yo así no quiero dar teta”. ¿Ahí que? Esa emoción de hay un dolor… Las lactancias que se frustran (que fracasan), el porcentaje de esas lactancias fracasadas es por el dolor, por el sentimiento. Que estamos hablando que te duele un pezón… 

P: Duele muchísimo.

Es que yo he visto pezones abiertos sangrando y el bebé se tiene que “amorrar” ahí para seguir alimentándose, creo que ese momento de: “Se acabó. Así no puedo más”. ¿Ahí qué?, ¿qué le decimos a esa madre que está diciendo: “Ya está. Hasta aquí, no puedo más”?

P: Esa madre puede buscar ayuda (si es que quiere seguir). Hay algunas que directamente a mí, a veces, me llegan desgraciadamente tarde. Me dicen: “Me duele mucho. Sé que podría arreglarlo, pero ya no quiero”. Bueno, pues si no quieres ya está, te ayudamos para que puedas destetar sin que tengas otros problemas. Pero si quieres seguir, lo suyo es buscar ayuda, una asesora de lactancia o IBCLC que revise lo que hemos comentado, el agarre, que está pasando ahí, por qué le duele a la madre, algo está pasando que no va bien…

Supongo que la mayoría de la gente que nos está leyendo escucha IBCLC y habrá dicho: “¿El qué?, ¿qué es eso?”. Yo lo había dicho al principio y no lo he querido explicar porque quería que lo explicaras tú, Pilar. Porque al final hay que decirlo. Cuéntame. 

P: Es verdad, tienes toda la razón. 

IBCLC son las siglas en inglés de Consultora Internacional de Lactancia Materna. Es como una asesora de lactancia, pero un poco más, porque normalmente somos profesionales sanitarios también, y además, hay que cubrir ciertos requisitos para poder ser IBCLC, como tener formación en lactancia, experiencia en asesoramiento (muchas horas) y luego hacer un examen. 

Más que nada para que quedase claro. Hay veces que oímos siglas por la radio, por la tele y damos por hecho que todo el mundo sabe lo que es eso. 

Vale. Llegamos a esa mamá. Hay una mamá que dice: “Mira, ya está. Ya no puedo más, me voy a tomar la pastilla. Me voy a urgencias a que me den la pastilla y se acabó”. ¿Se acabó de verdad? ¿Cómo lo ves, Esther? 

E: No. La pastilla realmente hace efecto solo si se toma en el puerperio inmediato, es decir, nada más que el bebé nace y antes (por supuesto) de que se dé la subida de la leche. Una vez la leche ha subido, esa pastilla no te va a servir realmente de nada. En el caso de que haya subido la leche ya y la madre (por el motivo que sea) decide destetar, habría que hacer un destete que se llama fisiológico, que es poquito a poco y reduciendo tomas, conseguir que ese pecho cada vez produzca menos leche hasta que se normalice. La lactancia se da por concluida. Pero ni mucho menos existe una pastilla mágica ni es la forma. 

Mucha gente dirá: “Pues no le doy la teta y ya está”. Igual aquí tenemos que explicar cómo funciona el pecho, porque sí que es verdad me he topado con muchas mamás que no saben cómo funciona el pecho. Pues se agarra, come y ya está. ¿No?, ¿no es así, Pilar?

P: Un poco sí. Se agarra, come y ya está. 

Claro. Ya está, no hay nada más que hacer. 

P: Es verdad que por dentro ocurren cosas. 

E: Por fuera visualmente ves eso.

P: Hay muchísimas madres que solo sabiendo esto y fenomenal, no necesitan más. Pero sí, por dentro ocurren cosas y es que la leche se va produciendo conforme existe una estimulación en el pecho, y la estimulación la hace el niño mamando y vaciando el pecho de leche. Lo que pasa es que, sobre todo las primeras semanas, el pecho en previsión de que el niño es muy pequeñito y muy recién nacido, tiene mucha leche acumulada. Luego, conforme pasan los meses, los pechos se quedan más blandos y eso no significa que no tengas leche. 

¡Importante! Que los pechos se queden blandos no significa que no tengas leche. 

P: No. Se va generando la leche conforme recibe la estimulación del bebé, pero al principio que es cuando ocurre muchísimas veces esto que dices del dolor, de las grietas, de llevo tres semanas y ya no puedo más, o dos meses y ya no puedo más, los pechos todavía están bastante llenos y no se puede dejar el pecho así de golpe, porque puedes tener problemas de obstrucciones que pueden derivar en mastitis; puede ser muy doloroso. Lo suyo es hacerlo como lo comentaba Esther. 

Vamos a acabar fatal. Al final, es importante estar informada tanto para dar el pecho como para dejar de dar el pecho también. Y parece un poco absurdo, porque la naturaleza lo ha hecho siempre, pero no lo estamos viendo. Es lo que decíamos antes, necesitamos esa sociedad “normalizada”, que normalice esto, que no sea un: “Ya está. Dejo de dar la teta y ya está”. 

Hay un tema que muchas me preguntan antes de ser madres y que me dicen es: “Yo daré el pecho si puedo”. 

P: Esa es la frase más común que dice una embarazada. Creen que las que dan pecho son unas afortunadas, como que les ha tocado la lotería, porque claro, “es que tu tenías leche, es que tú has podido…”. Pero si lo normal es que todo el mundo tenga leche. Si tu corazón funciona bien, porque eres una mujer sana y joven, ¿por qué tus tetas no? 

E: ¿Y por qué dudas de tus tetas y no de tu corazón? 

 

Yo tengo que decir (y desde aquí le mando un beso a mi madre) que, al principio, con mi primera maternidad, cuando empecé a dar el pecho, recuerdo que sus palabras fueron: “Es que yo no pude”.  Ahí volvía otra vez la culpa. Era como decir: “No mamá, es que no te supieron informar, no te supieron enseñar”.

La leche artificial era el no va más… Ahí sufrimos un poco todo el tema industrial, etc., que yo creo que ha hecho muchísimo daño y ha hecho que ahora estemos así. Entonces, veo importante el volver a lo que decíamos antes, fuera culpas por favor, se ha hecho, lo hemos hecho de la mejor forma que hemos sabido y yo creo que la mejor frase que le podemos decir a una mamá es: “Eres la mejor mamá que puede tener tu bebé”. Vale ya de fustigarnos las unas a las otras, vale ya de echarnos la culpa, de criticarnos y demás, porque pienso que no nos lleva a ningún lado. Estamos dando con el mismo error constantemente y creo que es necesario que se hable de lo que realmente es mejor, es más sano, pero que también hay que darle normalidad a: “Oye, yo he decidido esto. Lo he decidido porque estoy informada y ya está”. ¿Por qué tengo que criticar una decisión que ha tomado una mamá que está informada y sabe lo que quiere hacer? 

E: Exactamente. Decidir las cosas con la información por delante y de frente. La expresión de que “nunca llueve al gusto de nadie” la vivimos día a día. Yo me encuentro con mamás que se sienten culpables, se sienten mal porque es que a “fulanita”, a cualquier familiar o amiga no le parece bien que de teta. Luego otra que se siente mal porque está destetando. Otra que se siente mal porque da leche de fórmula… Al final, la sociedad, hagas lo que hagas, no le va a parecer bien. Entonces, en definitiva, lee, infórmate, empodérate y toma tus decisiones con esa información por delante. 

Una de las preguntas que se hacen muchas madres es, yo voy a parir, ¿puede ser que influya en mi lactancia?

P: Hay una creencia que dice que las mujeres que tienen un parto por cesárea tienen más problemas con la lactancia, porque la leche tarda más en subir o tienen menos leche. Esto es falso.

¿Me quieres decir que, si hay una cesárea, la leche sube a la vez que si fuera un parto vaginal?

P: Sube exactamente igual.

El problema que a veces sí provoca que haya ciertos retrasos y problemas en el inicio de la lactancia no es la cesárea, sino los protocolos del hospital, que muchas veces lo que hacen es separar al bebé de su madre, y eso sí que es un impedimento para la lactancia; un impedimento directo. ¿Lo ideal que habría que hacer?, pues lo que ya se está empezando a hacer en muchos hospitales, tanto si es parto vaginal como si es parto por cesárea, se coloca al bebé inmediatamente encima del pecho de su madre (sin expulsar placenta ni nada) directamente. Eso es lo ideal, porque está piel con piel, regula su temperatura, su respiración, busca el pecho…

Entonces, ¿podemos decir que para tener una lactancia exitosa una de las cosas que van a marcar es ese piel con piel? 

P: El inicio sí. No el tipo de parto, sino el inicio y el piel con piel, dejar al bebé que se enganche al pecho lo antes posible, si puede ser en la primera hora, mejor. 

¿Y qué más necesito para que mi lactancia sea exitosa? Yo ahora mismo quiero dar el pecho. Tenemos a una mamá empoderada, quiere mucha información, quiere un parto sea como sea, pero que el bebé esté encima, quiere piel con piel, ¿qué es lo siguiente que se debería conseguir para que la lactancia vaya por buen camino? 

E: Realmente hay muchos factores. Uno de ellos, por supuesto, es lo que hemos comentado, esa primera toma, que sea especialmente en la primera hora de vida. Súper importante que lo primero que entre en la boca del bebé sea el pecho de la mamá, que no sea un chupete, porque esa primera cosa crea lo que se llama una “impronta”, que es una huella que deja en el bebé y es importante que esta primera huella sea con el pecho de la mamá, no con un chupete ni con ninguna otra cosa. Por supuesto, hablando siempre de un parto normal en el que todo vaya bien, no haya una separación mamá bebé por una causa justificada y que no sean simples protocolos, que al final, lo que hacen es alejarnos de nuestra naturaleza y complicarnos las cosas realmente. ¿Qué otros aspectos habría que tener en cuenta?, pues, por ejemplo, la postura y el agarre del bebé, son dos temas súper importantes que, por supuesto, marcan que una lactancia vaya bien, que sea placentera y que el bebé se alimente correctamente.

Hemos dado a luz, el bebé se ha agarrado, hemos estado piel con piel, perfecto, pero de repente a las cinco, seis tomas aparece un dolor que no identificamos que es y apretamos el botón del sanitario (sé que sabéis por donde voy y sé que estoy siendo un poco cizañera, pero ahí sí que estoy bastante mosqueada porque creo que se debería formar mucho más a los sanitarios. Y me alegra que Pilar diga que cada vez tiene más sanitarios que se forman por su cuenta y buscan información para poder apoyar a las mamás y a las familias). Llega el sanitario o la sanitaria en este caso, ve la posición y te dice que está perfecto, “si tienes una grieta ponte una pezonera”. ¿Qué pasa ahí?, porque estamos diciendo no a un chupete, no a algo que impida ese agarre, que lo complique y que lo primero que sea un pezón, y nos recomiendan una pezonera. Igual habría que explicar que es una pezonera, porque habrá mamás que no han dado a luz aún y no saben lo que es.

E: Una pezonera, por decirlo de alguna manera, realmente lo que hace es cubrir el pezón, protegerlo para que el bebé no mame directamente del pezón como tal, de lo que es la piel. Podemos compararla con una tetina de un biberón, pero lo que hace es acoplarse al pecho (al pezón) para protegerlo. 

Con lo cual, si estamos comparándola a una tetina de un biberón… ¿Estamos cambiando el agarre? 

E: Exactamente. Estamos cambiando la información que el bebé recibe mediante la boca. Los bebés tienen en la boca multitud de receptores sensoriales, por eso todo se lo llevan a la boca. Y precisamente esta pezonera lo que hace es modificar esta información que el bebé recibe.

Por un lado, usar una pezonera es totalmente, vamos a decir “válido”, no pasa nada por usar una pezonera, si tienes dolor y ese dolor te impide dar el pecho y temes ese momento que aprietas los dientes, puedes usarla, pero siempre con foco en buscar la raíz de ese problema: ¿Por qué te duele? 

Claro. A eso vamos, porque cuando un sanitario te dice: “Ponte una pezonera”, al final lo único que estamos haciendo es poner un parche. 

E: Exactamente. Esto es como si yo me he comprado unas sandalias que son dos números más pequeños que el mío y me hace una rozadura (por supuesto), me pongo una tirita porque tengo una herida en el pie, y me puedo poner ochenta, pero hasta que yo no cambie la talla del zapato (de la sandalia en este caso) me va a seguir haciendo rozadura. 

Entonces, ¿qué le podríamos decir a esa madre que de repente se topa con que le sale una grieta?, ¿qué problemas puede tener ahí?, ¿qué puede pasar para que se haya formado esa grieta? 

E: Puede pasar que el agarre no sea el correcto, que la postura no sea la correcta, puede ser que el bebé tenga un frenillo lingual limitante que no permita que la lengua se mueva adecuadamente. 

Ahora mismo dirán, ¿frenillo qué?,  ¿eso qué es? Porque hay mucha gente que dice: “No. La posición me ha dicho que está bien. Ya está. Tengo que hacer callo”. Volvemos a lo que decíamos antes, el tengo que hacer “callo” es que no tengo los pezones ahí preparados. 

P: El frenillo (debajo de la lengua, prácticamente todo el mundo tenemos una telita que es el frenillo) normalmente no da problema y todo va bien, pero hay veces que si ese frenillo es muy corto sí que puede dar problemas. Y me dirás: “¿Y a mi qué?, ¿la lengua que tiene que ver en la lactancia?”, pues es que la lengua es súper importante en la lactancia, porque el bebé no coge el pezón de su madre solo con los labios (con los labios sella más bien), lo coge con la lengua también. Con la lengua coge el pezón y hace unos movimientos peristálticos para vaciarlo de leche, que, si los movimientos están limitados por este frenillo, pues no lo hace bien y si no lo hace bien te puede hacer daño.

Entonces, pueden ser varias cosas como ha dicho Esther, agarre, frenillo, hay algunos niños que nacen (de hecho la mayoría de ellos) con lo que se llama retrognatia fisiológica, que es que tiene la barbilla un poquito hacia dentro, que eso es normal porque les facilita pasar por el canal del parto, pero que luego eso se resuelve solo. 

Lo ideal, si tienes dolor, es que busques a alguien que de verdad sepa de lactancia y que te pueda ayudar, o bien a resolver el problema en el caso de que tengas mal agarre, o bien a darte recomendaciones para mejorar tu situación, por ejemplo, con una retrognatia fisiológica que básicamente lo único que tienes que hacer es esperar un par de semanas. 

E: Y acompañar a esa madre en ese dolor, también es súper importante. 

P: Sí. Ofrecer cambios de postura, trucos, etc. 

¿Cómo es un buen agarre? Un buen agarre puede ser de muchos tipos para esa persona que lo ve desde fuera, pero para el bebé probablemente no. ¿Cuál es la mejor posición para que pueda mamar bien?

E: Aquí entra en juego la semántica, saber exactamente a qué nos referimos con cada cosa. Hablamos del agarre del bebé al pecho con la boca, hablamos de la posición del bebé y hablamos de la postura que coge la madre. Son esas tres cosas que hay que tener en cuenta que son súper importantes, porque puede que el bebé tenga un agarre perfecto, puede que esté en una posición perfecta, pero si luego la postura que tiene la madre no le resulta cómoda, está encogida, encorvada, en fin, eso tampoco va a funcionar. 

Está claro. Al final es un compendio entre todo, no es solo que sea el bebé. 

¿Y si le tuviésemos que decir “tips” a una mamá para decirle: “Así es como tienes que ofrecer el pecho”? 

E: Un buen agarre. ¿Cómo es un buen agarre? En un buen agarre el bebé tiene la boca bien abierta, tiene los labios evertidos, coge gran parte de la areola, no solamente el pezón. La leche sale por el pezón, pero lo que el bebé necesita es ordeñar la areola, entonces, tiene que coger gran parte de la areola especialmente más por abajo que por arriba. 

Lo que he comentado es un agarre perfecto de libro. ¿Qué puede ocurrir? Que a lo mejor el bebé no tiene la boca tan abierta ni los labios tan evertidos (evertidos es hacía afuera, la boquita como de pez con los labios hacia fuera), puede que no se cumplan estos requisitos, estas condiciones que he comentado, pero también puede ser que el bebé se encuentre bien, que la mamá esté bien, no tenga dolor, el bebé gana peso adecuadamente, todo va bien, pues no hay ningún problema, eso también sería un buen agarre. El buen agarre no tiene por qué ser de libro. 

Yo muchas veces digo que algo que no está roto no hay que arreglarlo. Si no hay problema, no hace falta buscar una solución. Si está bien realmente, no hay dolor, no hay grieta, no hay nada, ya está.

Hemos conseguido que vaya bien, que haya un buen agarre, que el bebé vaya ganando peso, y de repente a los quince días se empieza a cabrear con la teta, que es que la ve y se pone a llorar, se agarra y se suelta y tira de ella, estira piernas y patalea… ¿Qué está pasando?, ¿ya no tengo leche? ¿Por qué se está encabronando con la teta? 

P: El que también tiene la culpa y el sentimiento de que seguro que estoy haciéndolo mal. 

Fijate, que estoy haciendo, ya hecho algo mal, ya no tienes leche… 

P: No tienes leche, tu leche es agua, o no tiene calidad, no puede ser que pida tantas veces… 

Y luego la bomba de: “Es que fíjate. Lo tienes todo el día encima”. 

P: Claro. Lo vas a enmadrar, va a ser un malcriado… 

Lo que pasa es que tanto los bebés como los adultos (se nos olvida que todos somos seres humanos. Yo a veces alucino), tanto en engordar y crecer como adelgazar, lo hacemos a saltos, no lo hacemos de manera lineal absoluta. Entonces, los bebés van teniendo unos brotes de crecimiento a lo largo de toda su infancia (y esto es así), aumenta su necesidad de comer porque está pegando un estirón (básicamente) y por tanto tiene que estimular más el pecho. Lo estimula más, la producción se regula, se adapta a sus necesidades y en un par de días está resuelto. Pero es verdad que en vez de pensar: “Ah, pues ya está. El niño está pegando el estirón y necesita un poco más de leche”. Lo que pensamos es: “Soy yo, seguro que soy yo. No tengo leche…”. 

Es que aquí todo depende de cómo lo veas, ósea, si se lo dices a una mamá: “Tu bebé está pidiendo más leche”, en positivo. “No tienes suficiente leche”, en negativo. ¿Cómo hacemos todo? En negativo.

P: Además, te digo una cosa, las madres que dan el biberón, lo bebés que toman biberón, también tienen brotes de crecimiento y también crecen más altos, pero una madre que da el biberón, si su hijo quiere más, es tan fácil como ponerle treinta mililitros más o lo que pida, pues le doy más, está creciendo. ¿Y nosotras por qué empezamos a dudar tanto? 

Porque dudamos de nosotras para todo. 

E: Es el gran problema que tiene la lactancia, vivimos en un mundo en que lo medimos todo, medimos lo que comemos, lo que bebemos, medimos absolutamente todo y la lactancia realmente es un salto de fe, ahí no puedes saber cuánto come tu bebé, no puedes saber nada, simplemente confía en tu cuerpo. 

Muchas dudas sobre: “¿Y cuánto estará comiendo?, ¿cuánto produzco?”. “Voy a sacarme leche para saber cuánto come”.

E: Intentamos saber cuánta leche producimos o cuánta leche toma el bebé habitualmente mediante dos maneras, y las dos realmente son erróneas y no sirven de nada. Una es sacándonos leche y la otra es la famosa doble pesada (que también es una recomendación que está totalmente obsoleta) que es, yo peso a mi bebé, le doy teta y lo vuelvo a pesar, y la diferencia de peso es lo que yo he producido, es lo que mi bebé ha ganado. 

Yo recuerdo que cuando hacía judo tenía que dar un peso, y entonces en ese peso lo primero que se hacía es “no bebas agua antes porque vas a pesar más”. Pues yo un día hice la prueba, bebí un trago de agua y pesaba lo mismo que antes. No se puede intentar saber lo que ha engordado, porque al final es un contenido líquido que ha absorbido el cuerpo y que no es un engorde inmediato, no va a pesar lo mismo.

P: No comen lo mismo en todas las tomas. Hay tomas que comen muchísimo y hay otras que simplemente es un chupito porque tenían un poquito de sed ese día y ya está. Ahí está la gracia de la lactancia, que se adapta a las necesidades del niño, no a lo que decimos nosotros que tiene que comer. No tiene sentido que pensemos que va a comer ocho veces al día exactamente la misma cantidad todas las veces; es que tampoco lo hacemos nosotros. 

E: Volvemos a lo que comentabas antes, de que la lactancia no es solamente alimento, también calma al bebé. Los bebés tienen la necesidad fisiológica de succionar porque les relaja, les calma. Y para eso precisamente están también las tomas de pecho, buscan también relajarse. No siempre es comer.

Yo ahora me vuelvo otra vez a mi ejemplo, la peque mala, doy teta, ¿qué va a pasar ahora con mi leche? 

P: Tu leche va a ser fantástica. Es que, además, casualmente, como estamos ahora con lo del COVID y tal, me llegan consultas (no te puedes imaginar, cientos de consultas todos los días) con el tema del niño enfermo, la madre enferma, ¿la leche sirve, no sirve…? Tu leche es maravillosa, es medicina para tu hijo ahora mismo. Aunque lo tuvieras, generarías tus propios anticuerpos, los anticuerpos pasarían a través de tu leche y ayudarías a tu hija a recuperarse antes. Pero es que aunque no tengas el virus da igual, porque los últimos estudios confirman que la leche de la madre se adapta y aumenta en sus células vivas que ayudan en la inmunidad para ayudar a ese niño a recuperarse antes. Así que ofrécele toda la teta que quieras porque le va a ayudar. 

Con todo el tema de la vacunación por el COVID, me surgen muchas dudas. Las mamás no saben si se pueden vacunar, si no se pueden vacunar, que hacen, con cual… Y ahora mismo, yo supongo que lo sabremos otras chicas, hay un estudio que se llama Milcorona, que está en el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos, el Centro Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el servicio de pediatría de hospitales Clínica Valencia, y es el primero a nivel mundial en el cual no se ha encontrado virus en la leche, pero si se han encontrado anticuerpos de madres que han pasado el virus y madres que han sido vacunadas. Es lo que decías, al final estamos inmunizando a los bebés.

P: Es que al principio cuando empezó el tema de la vacuna (todo esto ha sido tan rápido y nuevo), como no habían sido incluidas madres lactantes en los ensayos clínicos, éste puso en los prospectos que no se vacunaran las madres lactantes. Obviamente todos los organismos oficiales y toda la gente que trabajamos por la lactancia nos echamos las manos a la cabeza, porque no tenía ningún sentido, si el resto de las vacunas las madres lactantes se las pueden poner… 

La inmunidad adquirida por la madre pasa a través de la leche y ayuda al bebé, ¿por qué no va a pasar ahora? Además, tenemos vacunas que no tienen el virus vivo, sino un fragmento de ARN. Tenemos también la confirmación que todos pensábamos (que es verdad), que el bebé adquiere la inmunidad gracias a la leche de su madre, no solo con los anticuerpos específicos de coronavirus, sino también con las inmunoglobulinas A que son unas células maravillosas que ayudan a los niños a que sus defensas estén mucho más fuertes. De hecho, esto es muy curioso, porque solo lo tienen los bebés que toman leche de cuyas madres han sido vacunadas. Los adultos nos vacunan y no generamos nuestras propias inmunoglobulinas. Ósea, están mejor ellos. 

Al hilo de todo esto, esas mamás que por cualquier motivo en un momento dado están lactando y necesitan tomar medicamentos, necesitan tomar alguna cosa, ¿a dónde las podemos dirigir para saber si se lo pueden tomar o no? Porque yo soy consciente (y supongo que a vosotras les ha pasado también) de ir al médico, estoy mala, tengo que tomarme esto y decir: “Soy madre lactante” y la cara del médico ponerse blanca. ¿Qué hacemos ahí? Me han mandado un medicamento, ¿cómo puedo saber si me lo puedo tomar, no me lo puedo tornar o que alternativa puedo tomar a ese medicamento? 

E: Por fortuna tenemos una web que se llama e_lactancia.org. Es una web que es como si fuera un directorio en el que podemos buscar el medicamento que nos ha mandado el médico, bien por su nombre o por su principio activo, y mediante un código de colores de verde, amarrillo, naranja oscuro a rojo, me dice cuanto de compatible es o no con la lactancia, me da la información de por qué es compatible o no. Muchas veces hay medicamentos que a lo mejor para un neonato o un bebé recién nacido sí que no sería recomendable tomarlo, pero si es un bebé o un niño de 3, 4 años, pues ahí no pasaría nada. Entonces, siempre es interesante leer toda la información y en el caso de que se trate de un medicamento (que realmente hay muy poquitos) que no son compatibles con la lactancia, habitualmente te da la alternativa del que sí que sería viable. 

El problema que nos encontramos una vez más, es que no todos los sanitarios conocen esta web y al final no todos los sanitarios se fían de ella.

¿Y esta web qué? Mucha gente va a decir: “Alguien habrá hecho la web, habrá metido la información y ya está. No está actualizada…” 

E: Para nada. Está hecha por un farmacéutico. Además, está avalada y es totalmente fiable. 

P: Si. El director de e_lactancia es el doctor José María Aparicio, que es un pediatra neonatólogo muy conocido. Y luego tiene un equipo de pediatras y farmacéuticos que yo he tenido el honor de ser profesora de varios de ellos, han sido alumnos míos, así que puedo poner la mano en el fuego. Tienen un equipo buenísimo. Están revisando la evidencia constantemente; de manera que está súper actualizada. Si e_lactancia te dice que te puedes tomar esa medicación, es que te la puedes tomar. 

¿Si hay algún alimento que no me pueda tomar? Porque en principio, ¿puedo comer de todo?, ¿puedo tomar de todo?, ¿puedo tomarme una menta poleo?

P: Las madres que dan la teta son personas normales, que es que hay veces que nos quieren limitar todo. Si te pones a escuchar los mitos que dicen que si no puedes comer lentejas, no puedes tomar brócoli, que si no… Depende de donde vivas también, porque hay algunos que dicen que si puedes comer, pero no puedes salir porque hace frío y se te corta la leche, o no puedes tomar agua fría también me han dicho mucho. ¿Pero qué tonterías?, las madres que dan teta pueden comer absolutamente de todo. Se recomienda que lleven una dieta equilibrada y variada igual que a todo el mundo, no tienen que comer más de no sé qué, no tienen que tomar más leche para tener más leche, ni tiene que dejar de comer “x” cosa. Pueden llevar una dieta normal. Además, siempre digo esto, su leche va a ser maravillosa coman lo que coman, incluso, aunque lleven una dieta asquerosa, su leche va a ser maravillosa, pero es mejor para ellas que lleven una dieta sana.  

Y ya no la dieta, porque había muchas veces que me chocaba, que hablabas de desnutrición de la mamá, de cuando vas a países en los cuales no tienen alimentación como podemos tener nosotros ahora, de abres la nevera y lo tienes todo ahí, sin embargo, los bebés tenían la leche. 

P: Es que para que una madre deje de producir leche o la calidad de su leche se vea afectada en función de lo que come, tiene que estar en un estado de desnutrición severa. Además, mantenida en el tiempo muchos meses. Ósea que no. La naturaleza prioriza al más desfavorecido, en este caso es el bebé. Por tanto, es posible que la madre (pobrecita mía) esté fatal, muerta de hambre, y te ves a su lado un bebé gordito porque toma teta.

Hemos tocado todos los puntos de un principio de lactancia, de un conocimiento sobre la lactancia. Gracias chicas por estar aquí y por traer tantísima información.                               

 

 

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