¿Estás preparada para afrontar la maternidad? Lo cierto es que no es fácil estarlo, ya que son muchos los retos que presenta este periodo. Sin embargo, para ayudarte cuentas con distintos profesionales que están dispuestos a brindarte todo su apoyo y sus conocimientos para que puedes afrontar este emocionante periodo de tu vida con éxito. Una de las claves es que te alimentes de la manera adecuada, por eso en las siguientes líneas queremos mostrarte cómo lactancia materna y consumo de lácteos deben ir de la mano.
¿Por qué lactancia materna y consumo de lácteos deben ir de la mano?
Es necesario que durante el embarazo y en la lactancia la mujer consuma 3 raciones de leche o derivados lácteos cada día. Cuando así se hace, se consigue que el bebé tenga el peso y el tamaño adecuados al nacer. Sin embargo, la mayoría de las mujeres no toman esa cantidad de lácteos cada día, al menos es lo que afirma la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD).
De hecho, la presidenta de FESNAD, Ascensión Marcos, comenta lo siguiente sobre este hecho:
«Esta situación pone de manifiesto el enorme desconocimiento que existe todavía hoy en día en la sociedad sobre los beneficios de una ingesta adecuada de lácteos y la importancia de una correcta educación e información nutricional».
Debes tener en cuenta que a lo largo del embarazo aumentan las necesidades de energía y de nutrientes, sirven para que el feto pueda crecer y desarrollarse de la manera adecuada. No solo a nivel físico, sino también neuronal.
De hecho, hay estudios que muestran que por cada 100 gramos al día de incremento en el consumo de alimentos lácteos se puede reducir hasta un 11 % el riesgo de que el bebé tenga un bajo peso al nacer.
Las tres raciones
Esas tres raciones de lácteos diarias son fuente de vitaminas, proteínas y minerales, entre estos últimos destaca el calcio y el yodo, claves para que el bebé tenga un correcto desarrollo neuronal. Además, los expertos advierten que este consumo de productos lácteos es especialmente importante en la segunda mitad de la gestación.
Para cumplir con esa cantidad, la recomendación es incluir un lácteo en cada una de las principales comidas del día. Los expertos recalcan lo beneficioso que será para el bebé que su madre esté bien alimentado, no solo en el momento del parto, sino a lo largo de su vida. Además, si llevas una buena alimentación no tendrás que tomar suplementos vitamínicos.
Tanto el embarazo como la lactancia son dos periodos claves en la vida de una mujer. La dieta que se lleva determinará en gran manera cómo se afrontan. Por medio de la alimentación la madre debe contar con todos los nutrientes que precisa para cubrir todas sus necesidades y también las de su bebé.
La alimentación permitirá que el bebé se desarrolle en tu interior durante el embarazo y que después tu leche materna pueda seguir proporcionando a tu hijo todo lo que necesita.
Está claro que lactancia materna y consumo de lácteos forman una pareja inseparable.