No quiere mi leche descongelada, ¿Es culpa de la lipasa?
Si estás dando el pecho, es fácil que en algún momento hayas recurrido a realizar una extracción de leche y /o a congelarla, o incluso que estés haciendo o ya tengas hecho un banco de leche materna.
Muchas madres os lleváis la sorpresa cuando al descongelar la leche, esta desprende un olor desagradable, y podéis pensar que la leche no vale. A veces la sorpresa viene, cuando el bebé rechaza totalmente la toma de leche descongelada y es cuando por casualidad reparáis más en observar la leche y la oléis. Puede ser por la acción de la encima lipasa, presente en la leche materna de forma natural.
Vamos a resolver, a continuación, las dudas más frecuentes sobre este tema.
¿Qué es la lipasa?
Esto ocurre por acción de la encima lipasa, la presencia de esta encima en la leche es indispensable, ya que es la encargada de facilitar la asimilación de la grasa en el sistema digestivo de tu hijo.
¿Todas las mujeres tienen presencia de lipasa en la leche?
Sí, todas, la diferencia es que en algunos casos la concentración es mayor que en otros, o se activa de manera más fácil y/o rápida.
¿Es malo que mi bebé tome la leche con ese mal olor?
No pasa absolutamente nada, simplemente cambia el sabor, porque con la congelación la descomposición de la encima ya ha tenido lugar.
¿Cómo sé si este es el problema seguro?
Puedes probar a ofrecer a tu bebé leche recién extraída, o refrigerada, comprueba el olor, y ofrécesela. Ahí podrás comprobar si no lo que no quiere es tomar leche de otra manera que no sea el pecho, o bien que si toma la leche, cuando no tiene ese olor/sabor característico de la lipasa.
¿Y entonces, no puedo congelar la leche?
Sí, que puedes, pero debes probar otras técnicas de congelación, para evitar la degradación de la encima y el cambio de olor y sabor en la leche.
En primer lugar, puedes probar, después de extraer la leche, a enfriarla muy rápido, metiéndola en un recipiente con hielo, y una vez que está fría, congelarla rápidamente. En dos o tres días puedes descongelarla y comprobar el estado. Puedes probar a hacerlo con una pequeña cantidad, para ver si al descongelarla el olor no ha cambiado, y el peque la acepta, sin desperdiciar mucha leche, si no te ha funcionado.
Si esto no te funciona, puedes probar a escaldarla, antes de congelarla. Una vez extraída la leche ponla en un cazo, es importante que no la pierdas de vista, se trata de esperar a que se caliente y en los bordes comiencen a salir pequeñas burbujas (o bien si tienes un termómetro de cocina, que llegue a 60 °C) este será el momento de apagarla, y enfriarla rápidamente, como hemos hablado en el punto anterior. Igualmente, puedes probar a descongelarla en dos o tres días y comprobar su olor y/o si el peque la acepta.
Si te ha pasado, espero que te sirvan estos consejos para conseguir tener leche congelada, que puede venir bien en muchas ocasiones. Ya los conocías, ¿Los habías probado? Cuéntame que es lo que te funciona, te leo.
Marta Espartosa
Enfermera pediátrica.
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