Uno de los problemas más temidos durante la lactancia es la mastitis. Esta dolorosa inflamación del pecho puede llevar a una madre a dejar de dar el pecho. Te explicamos con más detalle qué es mastitis, síntomas y qué se puede hacer para evitarla.
¿Qué es la mastitis?
La mastitis es una inflamación del tejido interno de la mama. Realmente no es un problema asociado directamente a la lactancia, se puede dar en otros momentos e incluso en hombres. Sin embargo, la mayoría de los casos sí se dan en mujeres durante esta etapa. ¿Por qué?
Se llama mastitis a aquella alteración del tejido mamario que produce una inflamación. Si no se previene o se trata de la forma adecuada, puede llegar a arruinar la lactancia e incluso crear un absceso. Por eso es necesario aprender a detectarla o conocer si se tiene predisposición a sufrirla.
¿Cuáles son los síntomas de la mastitis?
Los primeros síntomas que pueden anunciar el problema son las inflamaciones y las molestias. Una sensibilidad excesiva y dolor al tacto indican que el problema está en su etapa inicial. También es un signo común que se sienta mucho calor al tocar el pecho, que se ponga rojo y tener algunas décimas de fiebre. Si no se trata de inmediato, puede empeorar en tan solo unas horas. Podría hasta producirse un absceso de pus que requiere drenaje quirúrgico.
La causa principal de la mastitis durante el embarazo es la congestión del pecho, bien sea por obstrucción, por no vaciar bien el pecho o por una infección provocada por bacterias. En cualquier caso, una rápida intervención es vital para evitar males mayores.
¿Cómo curar una mastitis?
Si se sufre una mastitis es imprescindible acudir a la matrona o médico de cabecera para que analice la causa y recete la medicación apropiada durante la lactancia. Esta puede conllevar el uso de antibióticos. Además, se debe continuar dando el pecho, porque una acumulación de leche agrava el problema.
Si se produce por congestión, la mejor manera de curarla es comenzar las tomas por ese pecho y asegurarse de que se saca toda la leche. El médico puede recetar analgésicos para reducir el dolor y antiinflamatorios para bajar la inflamación. Si el bebé no vacía por completo el pecho, es conveniente hacerlo de forma manual o con sacaleches.
Los cuidados durante la curación pasan por el uso de compresas calientes para estimular la salida de leche antes de dar el pecho y gasas frías para aliviar el calor y el dolor después de la toma. Asimismo, es importante el reposo y la tranquilidad, ya que el estrés agrava el problema.
¿Cómo evitar la mastitis?
Para prevenir la mastitis es importante tener en cuenta las causas más comunes y evitarlas. Por ejemplo, para evitar la acumulación hay que descongestionar bien los pechos y no dejar que se llenen demasiado.
Para evitar las infecciones hay que mantener una buena higiene en el pecho, especialmente si se tiene secreción de leche. También hay que asegurarse de curar bien y rápido cualquier grieta o herida que pueda surgir y derivar en una mastitis. Los discos absorbentes Nursicare son los indicados para prevenir y curar estas dolencias.