Hace años cuando se hablaba de la lactancia materna en artículos o en las clases de preparación al parto, el tema era presentado como «Beneficios e inconvenientes de la lactancia materna». Era expuesto más o menos de la siguiente forma: la lactancia materna tiene la ventaja de que la leche siempre está preparada y el bebé la digiere bien, pero muchas mujeres no pueden amamantar a sus bebés porque su leche no es de suficiente calidad (…). Resulta cuanto menos paradójico que la leche materna con la que los bebés humanos han crecido durante miles de años tuviera que probar sus beneficios y, ante los mensajes que durante mucho tiempo han hablado de ventajas y desventajas de la lactancia materna, la evidencia científica ha demostrado que la leche humana es inimitable.
La leche materna, un producto único
En la Universidad de Lund (Suecia) se ha investigado sobre el potencial de la leche humana en la inhibición y destrucción de células tumorales en un estudio denominado HAMLET (Human Alpha-lactalbumin Lethal to Tumour ). Dirigido por la Dra. Catharina Svanborg, responsable del Departamento de Inmunología y Microbiología de la Universidad de Lund, este estudio presentó algunos de sus hallazgos el pasado mes de abril en Florencia abriendo una nueva vía de investigación a gran escala.
Así pues, hemos de saber que la leche materna es un tejido vivo, pues en ella están presentes una serie de componentes que interaccionan con el organismo del bebé amamantado, proporcionándole numerosos beneficios. Algunos ejemplos son:
- IgA secretora, anticuerpo presente también en la leche materna que contribuye a la defensa frente a los diversos patógenos;
- lactoferrina, una proteína que se une al hierro impidiendo la proliferación y actividad de algunos microorganismos como Escherichia coli causante de la enterocolitis necrotizante;
- lisozima, presente en concentraciones elevadas en la leche humana y bajas en la leche bovina, es un agente antimicrobiano y además contribuye al desarrollo y mantenimiento de la microbiota intestinal específica del bebé amamantado;
- amilasa, una enzima que puede inhibir el crecimiento de algunas bacterias.
Podríamos seguir enumerando uno a uno los componentes inigualables de la leche materna como si habláramos en términos de marketing y promocionásemos un producto, pero la leche materna no ha de demostrar sus beneficios. Los bebés humanos hasta principios del siglo XX no habían conocido una forma de alimentación procesada artificialmente. Fue en el último tercio del pasado siglo cuando se dejó de hablar de ventajas y desventajas de la leche materna dando paso a la exposición de los riesgos de no amamantar por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Los bebés más vulnerables.
Si la leche materna es importante para los bebés sanos y a término para los prematuros resulta vital, pues para estos pequeños bebés la leche materna es no sólo un alimento sino una verdadera «medicina». Los bebés prematuros son especialmente sensibles por la inmadurez que supone nacer antes de tiempo, a veces incluso han de estar ingresados por un largo periodo de tiempo, condición que hace aumentar el riesgo de desarrollar otras patologías.
En la mayoría de las Unidades de Neonatología se ha establecido un sistema de cuidados especializados de estos bebés. Una forma de cuidar en la que desde el primer momento si el bebé está estable, pasa todo el tiempo posible en contacto piel con piel entre los senos de su madre o sobre el pecho del padre; también se cuida el ambiente, se evitan los ruidos, las incubadoras se cubren para recrear el ambiente intraútero, se mantiene una luz tenue en el exterior, las intervenciones a los bebés se reducen a las mínimas necesarias y en condiciones mínimamente disruptivas. Una prioridad en el cuidado de estos bebés es la administración de leche materna desde el primer momento en que toleran la alimentación oral; para ello, a las madres se les enseña a extraer las primeras gotas de calostro, a establecer la lactancia mediante la extracción y a proveer de su leche a sus bebés mientras estos están preparados para ser amamantados directamente al pecho.
Se ha demostrado que los bebés prematuros que reciben leche materna tienen una estancia más corta en la unidades neonatales y sufren menos infecciones u otros problemas asociados. Tal es su importancia que en los casos en que por alguna circunstancia no pudieran recibir leche de su propia madre se recurre a los bancos de leche materna donada.
El test más exigente
Antes de comercializar un producto alimenticio para consumo humano ha de someterse a un estricto banco de pruebas y superar controles sanitarios exigentes, y tras cumplir con todos esos requisitos se pone en el mercado. No obstante, si existe algún superalimento que, además es una medicina y una vacuna, que protege la salud presente y futura de madres y bebés, y que ha pasado durante miles de años por innumerables comprobaciones, esa es la leche materna.
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