La maternidad suele ser presentada como un camino de rosas. En la publicidad vemos madres que acaban de dar a luz con un aspecto inmejorable, ni rastro de ojeras, un físico que no parece real y una sonrisa perpetua. Si además están dando el pecho en ese momento, se muestra su cara de felicidad y como el niño la mira con devoción. Sin embargo, quien ha vivido esta experiencia sabe que no es todo tan idílico. De hecho, las primeras semanas de vida de un bebé suelen ser especialmente duras para su madre, aunque sea un momento de gran felicidad. Una de las preguntas que se hacen muchas mujeres es por qué duelen los pezones durante la lactancia. En este artículo encontraremos no solo la respuesta a esta pregunta, sino también la solución.
El dolor de pezones no es normal
Muchas madres han asumido que el dolor acompaña a cada toma. Esto lleva a que incluso sientan terror al acercarse la hora de dar de comer a su bebé, sobre todo en los casos en los que el dolor es más intenso.
Otras muchas han decidido terminar con la lactancia debido a que el dolor era literalmente insoportable para ellas.
Ambas situaciones desvirtúan lo que realmente debería ser amamantar a un bebé, que aunque no resulta necesariamente tan idílico como comentábamos al principio, ni mucho menos debe ser una experiencia terrible.
Es cierto que puede ser relativamente normal sentir un ligero dolor durante los primeros días. La inexperiencia de madre e hijo lleva a que el enganche no sea el adecuado y se pueda sentir alguna molestia. Con el transcurso de los días el bebé se va haciendo cada vez más experto y en poco tiempo el dolor desaparece. Este sería el proceso normal, pero no siempre es así.
Además, no podemos quedarnos de brazos cruzados esperando a que pase el dolor. Decimos esto porque el dolor al dar el pecho es la antesala de que aparezcan grietas y entonces sí que puede complicarse la situación.
Las grietas no solo son muy dolorosas, sino que pueden dar paso a una mastitis. Este proceso es extremadamente doloroso, y en muchos casos viene acompañado de fiebre y otros síntomas que recuerdan a un fuerte resfriado.
¿Por qué duelen los pezones?
Veamos ahora los diferentes motivos que pueden encontrarse detrás del dolor de pezones:
- Mal agarre. La razón principal que se esconde detrás del dolor de pezones es un mal agarre. La boca del bebé debe cubrir prácticamente por completo la aureola del pecho. Si no lo hace y adopta una posición similar a la que tendría con un chupete en la boca, el dolor está garantizado. Cuando percibimos que el bebé no está bien colocado, debemos desengancharlo. Hay que introducir el dedo entre el pecho y la boca con cuidado, para que deje de hacer ventosa y se suelte. Después abramos bien la boca del bebé con ayuda de un dedo y acerquémosla al pezón para que se enganche de nuevo.
- Mala hidratación. Un pezón demasiado seco puede hacer que sintamos dolor al amamantar a nuestro hijo. La solución es fácil, hay que hidratar la zona.
- Otro motivo puede ser la temida candidiasis. Cuando esto ocurre nuestro pezón estará agrietado, reseco y con un color rosáceo. Además podemos sentir ardor, picor y lógicamente dolor. Lo más probable es que nuestro bebé también padezca la misma infección. Si es así, veremos pequeños puntos blancos en la zona de la boca, tanto en el exterior como en el interior. Si pensamos que nos está ocurriendo algo así, es necesario que acudamos al médico de manera urgente para que nos dé el tratamiento que necesitamos.
- Si nuestro bebé tiene frenillo no podrá abrir la boca lo suficiente para cubrir nuestro pezón. Cuando esto ocurre el dolor está asegurado. Si sospechamos que es lo que le está ocurriendo a nuestro hijo, es necesario que lo evalúe su pediatra. Lo más probable es que requiera una pequeña intervención quirúrgica para subsanar el problema.
- Uso de sacaleches. Los sacaleches no hacen un agarre como nuestro bebé y esto puede producir dolor. También si ejercemos una fuerza demasiado alta. Hay que cuidar cómo lo estamos utilizando. Nuestra asesora de lactancia o el pediatra nos puede indicar cuál es su uso correcto.
- Ampollas en el pecho. Si observamos alguna ampolla en nuestro pecho puede ser la causa del dolor que sentimos. Tienen distintos orígenes, como un mal agarre o el uso del sacaleches. También será necesario que evalúe nuestro médico el estado de nuestro pecho para encontrar el motivo y la solución.
¿Puedo seguir dando el pecho a pesar del dolor?
Por supuesto, y salvo que un médico diga lo contrario, somos nosotras las que debemos decidir si seguimos dando el pecho a pesar del dolor que sentimos. No somos mártires por lo que resulta fundamental que intentemos que el dolor desaparezca cuanto antes. Mientras lo conseguimos, podemos proseguir con la lactancia.
Es necesario que consultemos con un profesional la situación para que pueda darnos la ayuda que necesitamos, en algunos casos es posible que nos aconseje el uso de algún analgésico compatible con la lactancia.
Nursicare, la ayuda que necesitamos
Tenemos una ayuda para mejorar el estado de nuestros pezones. Nos estamos refiriendo a Nursicare, se trata de un disco que se coloca en el sujetador, como cualquier otro disco de lactancia.
Cumple su papel al controlar las pérdidas de leche, pero también ayuda a que se curen las grietas, si las tenemos. Por si fuera poco, contribuye a disminuir el dolor que sentimos en nuestros pezones y a evitar que se infecte la zona.
Sus propiedades se activan con la propia humedad del pecho. Además, previene algunos problemas que presentan las cremas que existen en el mercado para curar las grietas, como el que el pecho no esté seco.
Ahora ya sabemos cómo cuidar mejor de nuestros pezones. No olvidemos que es imprescindible contar con ayuda de profesionales que nos den el apoyo que necesitamos durante el período apasionante en el que estamos amamantando a nuestro bebé. Conseguiremos vivir una experiencia irrepetible.
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