Si oyes hablar sobre el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL), probablemente tu sistema de alerta se active enseguida, está claro que ningún padre quiere pasar por esto, y que se ponen los pelos de punta sólo de pensarlo. Afortunadamente, cada vez se sabe más sobre posibles causas y se hace llegar información sobre como prevenirlo a las familias. Hoy en el blog, vamos a profundizar sobre el tema, para no te quedes con ninguna duda.
¿Qué es el SMSL?
Es el fallecimiento de un lactante menor de un año, sin otra causa demostrada. Obviamente, se descartan todas las causas posibles durante la autopsia completa y la revisión de la historia clínica y de como han sucedido los hechos.
Aunque en la actualidad aún se puede hablar de una causa exacta, parece que puede ser un cúmulo de estas. Pero, sí que se han identificado diferentes factores relacionados con esta afectación:
-
Factores genéticos
-
Procesos infecciosos-inflamatorios en correlación con alteraciones del sistema inmunitario.
-
Factores ambientales
Son sobre todo estos últimos, los factores ambientales, donde pondremos el foco a nivel de prevención, te lo explico más adelante.
¿Cuál es la prevalencia?
En los últimos años, la prevalencia de lactantes que fallecen a causa de un SMSL son de media 44 al año, con una tendencia que ha disminuido en las últimas décadas y se mantiene estable en los últimos años.
A pesar del descenso, el SMSL sigue siendo la primera causa de muerte infantil entre el mes de vida y el año de edad. Por esto mismo, las miradas siguen puestas en investigar más causas y continuar con las campañas de prevención que han sido las responsables del descenso en las últimas décadas.
En el año 1986 fue cuando se realizó el primer estudio acerca de esta etiología, a la que hasta entonces apenas se le había dado importancia dentro de la pediatría. Y en 1991 la Asociación Española de Pediatría (AEPED) creó un grupo de trabajo dedicado a ello. Existe incluso un libro dedicado a este tema “Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) Libro Blanco” de la AEPED.
¿Cómo puedo prevenirlo?
Precisamente, en la prevención está la clave. Desde que se iniciaron los estudios en esta etiología, se comenzó a hablar de prevención. Hoy en día conocemos varios aspectos y recomendaciones relacionadas con el SMSL, que, aunque a partir de los seis meses del bebé, baja notablemente la incidencia, debemos mantener hasta el año de vida. Y que os van a ayudar a prevenirlo, pero sin duda voy a comenzar hablando de la piedra angular en la prevención de este síndrome, aunque veremos uno por uno.
-
Ponlo a dormir boca arriba
Desde el inicio de esta recomendación, en la que gran parte de los países iniciaron campañas de concienciación, en España se realizó en el año 2000, se han reducido las muertes causadas por el SMSL en la mitad, desde luego ha merecido la pena. Hasta entonces se recomendaba el decúbito prono (boca abajo) para poner a dormir a los bebés, de hecho, muchos de vosotros habréis dormido en esta posición, ¡preguntar a vuestros padres!
Hoy en día esta recomendación de poner al bebé a dormir en decúbito supino (boca arriba) sigue vigente, estando extendida en las pautas que dan los profesionales de la salud en cuanto al cuidado de los más pequeños. A pesar de eso, surgen algunas dudas al respecto, porque a muchos padres, si el bebé acaba de comer, les parece más seguro colocarlo de lado, por el riesgo de que vomite. Es importante explicarles, que una vez dormidos, cuando se relajan, los bebés ladean la cabeza a uno de los dos lados, y que esto suceda es muy poco probable. La recomendación se extiende también a los bebés con reflejo gastroesofágico.
Una pregunta muy común de los padres en consulta es que hacer cuando el bebé comienza a darse la vuelta de boca arriba a boca abajo por si mismo, en este caso, ya no es necesario que le modifiquemos la postura, pero si seguiremos con el resto de recomendaciones.
-
Los dispositivos de transporte no son un lugar habitual de sueño
Los carros de paseo, las sillas del coche, las hamacas, no se deben utilizar de manera habitual para que el niño duerma, y nunca hacerlo sin la supervisión del adulto. Estos dispositivos fuerzan las posturas, y la posición del bebé.
Recordaros también que, en los sistemas de retención infantil para los vehículos, los bebés pequeños no deben permanecer más de hora y media seguida, sin realizar alguna parada.
-
No abrigarlo en exceso
No es necesario abrigar de más al bebé, es una creencia muy extendida que deben llevar una capa más que nosotros. Depende mucho del clima de nuestro lugar de residencia y del momento del año. Adapta la ropa a las necesidades de tu bebé, en los recién nacidos no toques sus pies o sus manos para orientarte de como están, ya que siempre van a estar frías, toca su pecho o su nuca, y a raíz de aquí, decide cuantas capas le pones.
-
La superficie para dormir debe ser firme
Cuando elegimos el colchón en el que dormirá el bebé, debemos elegir un colchón firme y no uno blando. Los colchones de aire o de agua, no son seguros.
La industria y el marketing llevan unos años haciéndonos creer que existen colchones “anti muerte súbita” debes saber, que esto no es más que un colchón firme que cumple las recomendaciones, pero donde se deben mantener también el resto de consejos.
-
No duermas con tu bebé en el sofá o sillones
Es verdad, que da mucho gusto tener a tu bebé dormido encima de tu pecho, y puedes hacerlo y disfrutarlo, ¡pero no te duermas tú! Si estás en el sofá o en sillón con tu bebé dormido en brazos, debes vigilarle, porque no es una superficie adecuada para que el bebé duerma.
-
Evitar objetos blandos en la cuna
Evita, peluches, mantas, protectores en la cuna… hay objetos muy bonitos de adorno, pero nada seguros para tu peque. La cuna no necesita nada más que el colchón firme. Si usa sábana bajera, que sea ajustable, ya que se salen con menos frecuencia.
Puede que te preguntes entonces que como abrigas a tu bebé las noches de invierno, si aun así te decides por una manta o nórdico, debes saber que el bebé deberá estar colocado a mitad de cuna, y la manta o nórdico no debe superar la mitad de su cuerpo. Además, debes sujetarlo bien por ambos laterales. Aun así te diré que a la mayoría de bebés no les gusta la sensación de sentirse tapados, y hay opciones más seguras como, por ejemplo, los sacos o los sobre pijamas.
-
El uso del chupete
El uso del chupete, ha sido controvertido en algunas ocasiones, sobre si era un riesgo o tenía un efecto protector en la prevención del SMSL. Tras los últimos estudios, sabemos que la evidencia nos dice que tiene un efecto protector, sobre todo al inicio del sueño del bebé. Pero es muy importante que ofrezcamos SÓLO el chupete, sin ninguna cadena para sujetarlo ni otro elemento colgado, que sí que aumentarían el riesgo, y eliminan el beneficio que pueda tener.
-
El colecho
Si el tema del chupete ha generado controversia, este sin duda se lleva la palma. Realizar o no colecho es una decisión de crianza, que debe tomar la familia, pero sin duda, después de una correcta información y teniendo en cuenta como hacer el colecho seguro, apunta estos consejos:
-
No realices colecho si sientes un cansancio extremo, alguno de los padres es fumador, consume medicación para dormir o algún tipo de drogas y/o tienen obesidad mórbida.
-
Durante los primeros tres meses, se considera más seguro que el bebé duerma en el lado de la madre, y no en medio de los dos progenitores.
-
Valorar el uso de la cuna de colecho, para disminuir el riesgo, ya que aporta al bebé su propio espacio.
-
El lugar donde realizamos el colecho, tiene que cumplir las mismas recomendaciones que te comento en la cuna del bebé. Colchón firme, no realizarlo en un sillón o sofá si se duerme también el cuidador y estar libre de otros objetos.
-
Lactancia materna
La lactancia materna es un factor protector, al menos durante los primeros seis meses del bebé. Esta recomendación tiene un fuerte grado de evidencia.
-
Las vacunas como un factor protector
Aunque con un grado de evidencia algo más débil que el resto de recomendaciones que te he comentado, los estudios muestran que mantener el calendario vacunal de tu peque al día puede ser un factor protector frente al SMSL.
Como has visto, son recomendaciones claras y sencillas, las cuales deberían llegar a los padres ya en las consultas prenatales y ser reforzadas en las consultas de atención al recién nacido. Como en muchos de los temas que rodean a la salud infantil, hay muchos mitos al respecto del SMSL, que espero que los hayas aclarado tras leer el artículo. Si sigues tiendo dudas, no dudes en consultar con tu profesional de confianza.
Marta Espartosa
Enfermera pediátrica
También puedes leer: