Cuando tenemos un hijo, los primeros días, incluso semanas, se nos pasan lentamente. Jornadas muy largas, en las que dormimos muy poco. El ritmo de alimentación que tiene un bebé al principio resulta agotador. Prácticamente se juntan las tomas y si logramos descansar algo entre ellas, nos podemos sentir afortunadas si entre esas tomas conseguimos descansar unas pocas horas. Porque además, hay que sumar cambios de pañales, tareas domesticas, recados… Por no hablar de que nos toque un bebé poco aficionado a dormir, entonces estamos perdidas. Pero el tiempo, y lo habitual es que nuestro hijo se vuelva menos dependiente. Sobre todo en el tema de la comida, ya que a partir de los 6 meses comenzaremos a introducir la alimentación complementaria. Veamos una serie de datos que nos serán muy útiles.
Cómo iniciar la alimentación complementaria
Lo perfecto es que nuestro hijo se alimente con lactancia materna en exclusiva durante sus seis primeros meses de vida. Con nuestra leche el bebé tendrá todos los nutrientes que necesita para un perfecto desarrollo a todos los niveles.
Pero pasado ese tiempo, sus necesidades cambian y tendremos que darle nuevos alimentos. A partir de ese momento también habrá adquirido ciertas habilidades, como sentarse o coger cosas con sus manos, que nos serán de gran ayuda a la hora de darle una comida diferente.
Lo habitual es que se cumplan estos pasos:
- A los 6 meses el bebé empieza a mantenerse sentado con algo de ayuda. Además, puede empezar a comer el contenido de una cuchara, arrastrándola con su labio superior.
- A los 8 meses es capaz de masticar, con independencia de su dentición. Comienza a tragar alimentos sólidos. Siempre troceados o aplastados.
- Entre los 9 y los 12 meses serán capaces de comer por sí solos, siempre con nuestra supervisión.
Como decíamos es lo habitual, pero cada niño tiene su propio ritmo.
Más datos sobre la alimentación complementaria
Lo ideal es que la nueva alimentación se le dé con cuchara, en forma de puré. También es posible darle alimentos enteros, siguiendo el método BLW (Baby led weaning), del que hablaremos en otro momento.
Resulta conveniente no utilizar el biberón para introducir el puré, ni siquiera para darle agua o zumos. El niño ya tiene capacidad para beber directamente de un vaso, con nuestro ayuda.
La alimentación complementaria debe basarse en la medida de lo posible en la dieta de la familia, siempre que sea sana, variada y equilibrada. Siguiendo las pautas que nos haya marcado el pediatra en cuanto a incorporar nuevos alimentos.
Al menos hasta el año, muchos pediatras aconsejan ofrecer primero el pecho y luego los otros alimentos.
Tengamos en cuenta por último estos consejos:
- Alimentación a demanda. Igual que hemos hecho con el pecho, ofrecer los nuevos alimentos a demanda. El bebé con el tiempo irá tomando más cantidad de alimentos sólidos, enteros o triturados, y menos leche.
- No obligar a que coma. Aunque como madres nos preocupa mucho la alimentación de nuestro hijo, no le obliguemos a comer. Dejemos que el mismo se vaya regulando.