Si estas embarazada o si echas la vista atrás pensando en cuando lo estabas, es probable que recuerdes que en multitud de ocasiones te dijeron: aprovecha a dormir ahora… ¡qué luego verás! Y que a lo mejor en ese momento no la entendías bien, pero ahora… ¡vaya si la entiendes!
Y es que, aunque te lo han avisado, seguro que temes no poder descansar lo que necesites, y piensas en como dormirá tu bebé. ¿serán unos exagerados? Si lo quieres saber quédate, porque vamos a hablar largo y tendido sobre el sueño infantil.
Tu percepción o expectativas importan
Vale la pena, empezar hablando de esto, porque en parte, como vives los despertares depende mucho de las expectativas que tenías. Si esperamos un bebé que sólo coma y duerma, pues es muy probable que nos volvamos locos ante unos cuantos despertares en la noche. En cambio, entender como funciona el sueño del bebé y porque se producen los despertares nos puede ayudar a llevarlo mejor (a pesar del cansancio), ¡vamos a ello!
¿Cómo es el sueño de un recién nacido?
El sueño del bebé es muy diferente al del adulto, ya que consta de diferentes fases, aunque tiene cosas en común, ¿sabías que nosotros también tenemos despertares nocturnos? Esto ocurre en las fases de sueño más ligero que tienen lugar a lo largo de la noche, lo que pasa que los adultos ya sabemos “volver a dormirnos” y ni siquiera los solemos recordar al día siguiente.
Un recién nacido sólo tiene dos fases del sueño (a diferencia de las cinco fases del adulto), el sueño profundo y el sueño REM (rapid eye movement). Esta programación, que traen de serie, tiene todo el sentido del mundo, con sólo dos fases, pueden pasar más fácilmente de un sueño profundo a un sueño ligero y poder despertarse para alimentarse, o comprobar que siguen cerca de sus padres, lo que para ellos es seguridad y supervivencia.
La fase REM, en la que se procesa la información recibida durante el día, y se consolida la memoria, es más larga en los recién nacidos que en los adultos, ¡tienen muchos estímulos que procesar!
¿Qué pasa en torno a los 5 meses de vida?
Entre los 4 y 6 meses, dependiendo del bebé, se producen cambios muy importantes a nivel del sueño. Empiezan a distinguir entre el día y la noche, es decir, adquieren los ciclos de sueño y vigilia, y además se produce la incorporación de las fases del sueño como en los adultos.
Al pasar de tener dos fases del sueño a tener cinco, significa que pasan muchas más veces de una fase a otra, y esto puede implicar más despertares, ya que tienen que ir aprendiendo a hacerlo. Un ciclo de sueño completo, suele durar unos 45 min, ¿te suena que se despierte en ese intervalo? Es porque tiene que enlazar un nuevo ciclo y no sabe hacerlo.
¿Y cuándo dormirá del tirón?
Esta es la pregunta del millón, cuando los padres desesperados no ven el momento de poder descansar una noche entera. La buena noticia es que esto llega, la no tan buena es que depende mucho del niño. La mayoría de niños consiguen dormir del tirón la gran parte de las noches alrededor de los 3 años, aunque no es hasta los 6 años aproximadamente, cuando se considera que el sueño es maduro. Hasta este momento, vais a pasar por muchas fases, ya que hay tantos aspectos implicados en el sueño y que pueden afectar al mismo, que se dice que existen ciertas “regresiones” en las que los bebés y niños aumentan los despertares. Si quieres saber por qué ocurre, sigue leyendo.
Las regresiones del sueño
Se llaman regresiones, porque parece que cuando ha mejorado algo el sueño, vuelve a empeorar aumentando de nuevo los despertares. Pero coincido con Rafi López (psicóloga experta en sueño infantil) con que “progresiones” sería un nombre más apropiado, porque no dejan de ser reflejos de los cambios cognitivos y madurativos que experimenta un bebé de manera fisiológica.
Está descrito en la bibliografía, varias etapas, en las que muchos padres refieren observar regresiones en sus bebés. Puede que tú no hayas observado claramente ninguna de ellas, que hayas observado alguna, o que las estés viviendo ¡todas!
Los síntomas en estas regresiones suelen ser:
- Resistencia a la hora de dormir, con llanto y dificultad para conciliar el sueño.
- Aumento de los despertares nocturnos.
- Cambios o disminución en las siestas.
Y las edades más frecuentemente descritas para estos eventos, son las siguientes, aunque pueden variar ligeramente de un niño a otro:
A los 4 meses
Es la más común. Es debido, como hemos contado antes, a la adquisición de los ritmos biológicos, circadianos, y a la adquisición de las nuevas fases del sueño.
A los 6 meses
Esta se caracteriza por un sueño más inquieto, los 6 meses comienzan a ser muy potentes en adquisición de nuevos hitos del desarrollo, e incluso tenemos la introducción de la alimentación complementaria. Todos estos estímulos y nuevos movimientos, el bebé los tiene que procesar durante el sueño, por lo que puede que los vuelva a reproducir, y no para de moverse.
A los 8 meses
En este momento puede entrar en juego la ansiedad por separación, un momento muy importante en que el bebé es consciente de que es un ser independiente a su madre, y puede necesitar un contacto casi constante, para sentirse seguro.
A los 12 meses
La adquisición de la marcha y la reducción de siestas diurnas, puede repercutir en el sueño nocturno.
A los 18 meses
El continuo desarrollo y la independencia que está adquiriendo, se puede juntar con nuevos picos de ansiedad por separación que repercutirán en el sueño nocturno.
A los 24-36 meses
Puede ser momentos de cambios vitales importantes, la escuela infantil o el colegio, la llegada de un hermano, nuevos hitos y el comienzo de la aparición de las pesadillas durante el sueño, pueden hacer que haya de nuevo más despertares.
¿Qué puedo hacer para mejorar los despertares?
Como te decía antes, al entender el porqué uno lo puede sobrellevar mejor, o desesperarse menos. Pero podemos revisar ciertos aspectos de la higiene del sueño, para intentar mejorarlos. Lee los siguientes consejos y ves pensando si podríais mejorarlos en vuestra casa.
Mantener unas rutinas
No se trata de ser unos sargentos, o ser tan rígidos que no podamos salirnos de ellas ni un solo día, pero es cierto que mantener unas rutinas ayuda. Unos horarios similares día tras días y adaptados a sus necesidades, harán que mejore el descanso. Si un día nos lo saltamos, en los siguientes días volveremos a coger de nuevo nuestras rutinas y horarios habituales.
Colecho
El colecho, siempre que lo realicéis de manera segura, ofrece un extra de seguridad a vuestro pequeño, y le hará tener un sueño más profundo.
Estímulos antes del sueño
No estar frente a las pantallas, ni de móviles, tabletas o el televisor al menos dos horas antes de ir a dormir, también ayuda. Además, podemos controlar las luces y los ruidos de casa, para que sean ya más acordes a un momento que propicie el descanso.
¿Hay algún problema con dormirlo con “muletillas”?
Por si esto te suena a chino, se llama muletillas a los apoyos que necesitamos para dormir al niño en el primer momento de la noche y para volver a dormirlo en los siguientes despertares. Esto puede hacer referencia al pecho, a acunarle de pie, a acunarle en el carrito, a cantarle, a darle un biberón… cada peque puede tener su propia muletilla y estas pueden ir variando conforme crecen.
Han generado mucha controversia, y todavía es probable que oigas que es necesario quitar esas muletillas y que deben conseguir un sueño autónomo. Lo cierto es, que no son tan preocupantes, las muletillas van cambiando según madura el niño y además, si nos paramos a pensar los adultos, también tenemos las nuestras, y tú ¿qué haces antes de irte a dormir?
Con esto me refiero a que no debes preocuparte tanto, si el niño se duerme al pecho, con música o en movimiento, si a vosotros os va bien. Si no os va bien, por ejemplo, en caso del destete, le acompañaremos y le enseñaremos otras formas de dormirse.
En resumen…
El sueño es algo evolutivo, el bebé tiene que ir incorporando fases extras del sueño y esto es un proceso cerebral complejo. Además, se encuentran en continuo aprendizaje y los nuevos hitos y las experiencias vividas también pueden afectar al sueño, ya que deben procesarse durante el mismo. Con el tiempo aprenden a enlazar los ciclos y volverse a dormir sin reclamar ayuda. Pero es cierto, que podemos ayudarles a que estas transiciones sean más fáciles para ellos, con nuestra presencia, con las rutinas…
La realidad es que si las noches se os hacen muy cuesta arriba poner estos consejos en práctica o incluso buscar ayuda profesional, puede ser una buena opción, te recomiendo que visites la web CESI (centro de estudios del sueño infantil). El descanso es importante para toda la familia, y ayuda a poder estar con toda la energía posible para cuidar de los más pequeños.
Marta Espartosa
Enfermera pediátrica