Después del embarazo uno de los objetivos más importantes que tiene cualquier mujer es ir recuperando el cuerpo que tenía antes de la gestación. Es algo que debe hacer mientras se ocupa de cuidar de su bebé, quien necesita una atención constante. Sobre todo si se ha apostado por la lactancia materna la dedicación será aún mayor. Al fin y al cabo nadie más podrá encargarse de alimentar a su hijo. Dar el pecho es una de las mejores opciones para que el cuerpo de la mujer se recupere cuanto antes. Para poder dar lo mejor a tu bebé hay una serie de cuestiones que debe tener en cuenta. Una de ellas, es lo importante que resulta beber agua en la lactancia.
¿Por qué beber agua en la lactancia es un hábito vital?
Está claro que la leche materna es el mejor alimento para el bebé. Pero está en manos de cada madre optimizar este recurso. Para hacerlo, es necesario que lleves una alimentación sana, variada y equilibrada, que tengas cuidado con ciertos medicamentos y que te abstengas del tabaco y el alcohol. Pero también tendrás que hidratarse de la manera adecuada.
La leche materna no solo alimenta al bebé, sino que también sacia su sed. Es cierto que la madre producirá leche con independencia de que beba más o menos agua. Sin embargo, de no hidratarse bien puede tener algunos problemas. De hecho, Unicef comenta lo siguiente al respecto:
La madre en período de lactancia necesita tomar líquidos para mantenerse hidratada de modo que pueda mantener la cantidad suficiente de leche; el mejor indicador de la cantidad de líquidos que la mujer requiere es la sed, por esto es importante que consuma agua, leche o zumos cada vez que sienta sed, pero sin olvidar que la producción de la leche se garantiza por la succión del bebé.
Beber agua en la lactancia de forma adecuada
Hay que tener en cuenta que alrededor del 85 % de la leche materna es agua y que la mujer produce al día unos 800 mililitros, aunque depende de cada niño y del momento en el que se encuentren de la lactancia. Por eso, si no quieres sentirte deshidratada es importante que bebas más agua al día. Los expertos calculan que con unos 700 mililitros más sería suficiente.
Para muchas personas beber agua es un hábito sencillo, sin embargo, para otras es un auténtico esfuerzo. Lo mejor es beber pequeñas cantidades a lo largo del día. Los primeros días o semanas de lactancia tendrás mucha sed al dar el pecho, por lo que te será más fácil. Después, intenta tener siempre cerca una botella de agua y controla la cantidad que bebes cada día.
El agua que tomes puede ser embotellada o del grifo, dependerá de la zona en la que vivas y de tu propio gusto personal. Puedes cambiar parte del agua que tomas al día por zumos naturales, sin abusar, y por infusiones compatibles con la lactancia.
Lo importante es que tengas claro que beber agua en la lactancia es un hábito vital.