Miel y bebés, ¿qué tienes que saber?
Cuando os toca iniciar la alimentación complementaria, suelen amontonarse las dudas de los padres acerca de que alimentos podemos y cuales no introducir, es muy común que en la consulta recibamos la siguiente pregunta: ¿puedo dar miel a mi bebé?. La miel es un alimento al que se le atribuyen numerosos beneficios, y que cuenta con muchos seguidores, pero ¿los bebés pueden tomar miel?.
La respuesta es NO, ¿quieres saber por qué?
La recomendación de la Asociación Española de Pediatría y de la Academia Americana de Pediatría, es no dar miel en menores de un año. Y la causa de esta recomendación, es el riesgo de contraer una enfermedad llamada Botulismo.
La miel comercial puede contener esporas de una bacteria llamada Clostridium botulinum, estas esporas se quedan en el intestino del bebé y segregarán unas toxinas, que generan la enfermedad. En los niños menores de un año, el riesgo de desarrollar la enfermedad es más alto, con un pico de incidencia entre las 6 semanas y los 6 meses.
El consumo de miel, es la principal causa de botulismo infantil.
¿Qué riesgos o consecuencias tiene el botulismo?
Los síntomas pueden empezar entre las 12-36 horas después de haber consumido la toxina.
Uno de los síntomas más comunes, es la parálisis, que va desde la parte superior del cuerpo y que se extiende hacia abajo. También se puede observar estreñimiento, párpados caídos, respiración más lenta o incluso insuficiencia respiratoria que podría llevar a la muerte. Podríamos ver al bebé sin tono muscular (hipotónico), con una succión débil o incapacidad para alimentarse e incluso con llanto débil.
Si la enfermedad se detecta a tiempo, la mayor parte de los casos, se recuperan por completo.
Y si no damos miel, ¿nos perdemos las propiedades?
Sé que hay fervientes seguidores de la miel, y que como ya hemos dicho, se le atribuyen diferentes propiedades. Pero en este caso, hay que valorar el riesgo beneficio, y un niño, sano, menor de un año, cuyo alimento principal será la leche, con una dieta variada (alimentación complementaria), no precisa tomar ningún suplemento ni este tipo de alimentos.
Además, a pesar de los beneficios que se le atribuyen, no deja de ser un alimento superfluo, ya que el mayor porcentaje de su composición, corresponder a azúcar, y como habréis leído no se recomienda el consumo de azúcar en menores de dos años, y a partir de esa edad, cuanto menos, mejor.
Marta Espartosa
Enfermera pediátrica
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