La angustia por separación, ¡qué mamitis tiene este bebé!
¿Te suena esta frase? ¡Qué enmadrado está este niño!, si estás leyendo este artículo, es muy probable que en algún momento lo hayas escuchado. Es muy probable, que las personas que te lo hayan dicho, no lo hayan hecho con mala intención, pero la verdad es que tiene poco sentido, y una explicación muy clara.
Simplemente, te pondré un ejemplo, esa vecina que te dice que tu hijo tiene mucha mamitis, que prefiere ¿estar con su marido, o con un desconocido? La respuesta está clara, si hablamos de un adulto, pero es que parece que, con niños, todo vale.
¿Qué es la angustia por separación?
Y es que puede que a tu bebé le haya encantado ir de brazo en brazo, pero hayas notado, si ronda los 8 meses, que últimamente solo acepta estar contigo o con otras de sus figuras más habituales (la pareja o los abuelos) pero ya no quiere que nadie más le coja, y se pone a llorar de manera desconsolada si esto ocurre. Lejos de ser un problema, aunque a nadie nos gusta ver llorar a nuestros hijos, es algo completamente normal que nos denota mayor madurez a nivel neurológico, y que cada vez más, el pequeño va comprendiendo el mundo que le rodea.
Esta angustia por separación es típica entre los 8 y 18 meses, aunque en ocasiones puede persistir más haya. Para los padres puede suponer un estrés, ya que, si necesitan que el pequeño se quede en la escuela infantil, o con un cuidador, y se queda tan disgustado y llorando, porque no nos gusta ver así a los peques. Poco a poco, el pequeño irá viendo que se ha quedado con otra persona y, aunque sea después del disgusto inicial, también lo ha pasado bien, y podrá llegar a comprender que también se siente bien y que su madre y/o padre siempre vuelven. Esto puede llevar un tiempo, que depende del niño, será más o menos largo.
¿Podemos hacer algo para llevarlo un poquito mejor?
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Valida siempre los sentimientos del peque, aunque te parezcan pequeños para entenderte, puede entender que le estas consolando y poco a poco van aumentando la comprensión, a edades tempranas son capaces de entender mucho más de lo que nos puede parecer.
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Explícale cuando te vas y cuando volverás.
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Despídete siempre, aunque sepas que va a llorar. Si desapareces sin despedirte, puede ser contraproducente, ya que cuando estés con él, también va a estar alerta, porque no sabe en qué momento te vas.
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Intenta hacer las despedidas cortas.
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Si tienes opción a estar presente algunos ratos con el pequeño y la persona que se va a quedar con él, o hay periodo de adaptación en la escuela, aprovéchalo, para que el bebé pueda reconocer a esa persona y/o ese entorno, sintiéndote cerca y sintiéndose seguro, le ayudará a crear vínculos con esas otras personas.
Y tú, ¿cómo te sientes en esos momentos?
Son situaciones, en las que los padres, lo solemos pasar bastante mal y nos crea impotencia, ver que no hay ningún peligro real para el pequeño, pero que, claramente, él no lo sabe. Además, las opiniones externas, en estos momentos de mayor susceptibilidad, nos pueden hacer dudar, de si somos realmente responsables del comportamiento de nuestro hijo.
Espero que hayas entendido, a lo largo de este post, que es algo completamente normal, que incluso es un signo de madurez neurológica, y que no estáis haciéndolo mal. Al revés, es señal de que vuestro pequeño ha creado un gran vínculo con vosotros, y tiene claro quien le hace sentir seguro. ¡Relax y mucho ánimo!
Marta Espartosa
Enfermera pediátrica
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